SP — LARRY ROMANOFF — Naciones Construidas sobre Mentiras — Cómo se Enriqueció Estados Unidos —  Colonización, Trabajo y Esclavitud — Volumen 1 – Parte 2

Naciones Construidas sobre Mentiras

Cómo se Enriqueció Estados Unidos

Volumen 1 – Parte 2

CHINESE   ENGLISH   POLSKI   PORTUGUESE   SPANISH

© Larry Romanoff, Octubre, 2021

Traducción: PEC

 Colonización, Trabajo y Esclavitud

 

Parte 1 de 6

Parte 2 de 6

Parte 3 de 6

Parte 4 de 6

Parte 5 de 6

Parte 6 de 6

 

Contenido Parte 2

Preámbulo

La democracia crea élites ricas, no naciones ricas

El colonialismo: La amarga verdad

Colonización al estilo americano

Cultivando la disparidad de ingresos

La visión estadounidense de la supremacía económica de Estados Unidos en 1948

La visión estadounidense de la supremacía económica de Estados Unidos en 2010

Prerrogativa imperial

El trabajo, la maldición del capitalismo

La esclavitud

Preámbulo

Hay que tener en cuenta que el contexto general de la riqueza contiene varias dimensiones distintas que, en su mayoría, se excluyen mutuamente. Un reino puede ser rico en el sentido de que su monarca posee una gran riqueza y poder, pero eso no dice nada de los individuos que viven en ese reino, ya que la riqueza del soberano puede derivar enteramente de habérsela despojado a la población. La población también se divide en dimensiones en términos de clases sociales. Toda nación, rica o pobre, tiene una clase alta rica, lo que no nos dice nada sobre la riqueza relativa de la nación en su conjunto. Si un país tiene una clase media pequeña y menguante o una parte sustancial de la clase baja que vive en la pobreza, debemos afinar nuestra comprensión de lo que realmente significa ser una nación rica. Estos casos, que son indicativos de una gran disparidad de ingresos y en los que un relativo puñado es rico mientras que la mayoría no lo es, no cumplirían con nuestra idea de un país rico.

Las naciones sometidas a un capitalismo no regulado se ajustarán generalmente a la definición anterior, con una gran disparidad de ingresos que contiene un relativo puñado de ricos, pero con la pirámide de la riqueza descendiendo muy rápidamente hacia la pobreza. Un país capitalista no regulado, como los EE.UU., bien podría tener gran parte o la mayor parte de esa riqueza residente en sus grandes corporaciones y sus propietarios de la élite, riqueza que no se filtra hacia los trabajadores. Como ejemplo podemos pensar en Apple, con unos cuantos ejecutivos muy ricos y varios cientos de miles de millones no declarados en paraísos fiscales, pero el trabajador medio de Apple está lejos de ser rico según la mayoría de las definiciones, y el millón de jóvenes que realmente fabrican y ensamblan los productos de Apple podrían calificarse como empobrecidos. Por el contrario, una nación con una tendencia más socialista tendrá una capa más pequeña de riqueza extrema y un nivel de vida mucho más alto para todo el resto, con una clase media mucho más grande y poca o ninguna pobreza.

Entonces, ¿qué queremos decir realmente cuando decimos que un país es rico? ¿Que el gobierno tiene enormes ingresos o que el soberano tiene una gran riqueza? ¿Que sus empresas son enormemente rentables y sus banqueros extremadamente ricos? ¿O queremos decir que todos los habitantes del país, incluidas las clases bajas, participan de esa riqueza, que nadie vive en la más absoluta pobreza? Al final, no es la riqueza extrema de unos pocos sino el nivel de vida de toda la población lo que debemos considerar. Para obtener una apreciación realista de la riqueza de una nación, debemos examinar no las altas capas de la sociedad, que siempre son ricas en todas partes, sino la situación de seguridad financiera de los menos privilegiados de esa sociedad.

En nuestro ejercicio aquí para examinar cómo se enriqueció Estados Unidos, debemos tener en cuenta estas dimensiones, porque en todos los ejemplos, excepto en uno, las actitudes, las acciones y los acontecimientos que contribuyeron a hacer de Estados Unidos, lo que muchos deciden llamar un país “rico”, se dirigieron exclusivamente al beneficio de la élite estadounidense y principalmente incluso a ciertos segmentos de esa clase. Si usted es estadounidense, debería quedarle muy claro al repasar estos acontecimientos que la determinación casi feroz de hacer rico a Estados Unidos no lo tenía a usted en mente, y si usted se benefició en algo de esos acontecimientos, eso fue lo que las élites considerarían un daño colateral y no era en absoluto la intención.

La Democracia Crea Élites Ricas, no Naciones Ricas

A los estadounidenses se les ha inculcado desde su nacimiento la teología de que su nación es rica porque su democracia proporcionó el semillero de un pueblo emprendedor, innovador e ingenioso, y sus libertades crearon el combustible para el motor de la excelencia competitiva estadounidense. Pero si nos quitamos las gafas de color de rosa y miramos más allá de la propaganda, parece que hay poco o ningún apoyo basado en la realidad para estas afirmaciones. Ninguna de ellas aporta razones de peso ni constituye un relato convincente para explicar la riqueza de Estados Unidos o de las naciones occidentales en general. La verdad está en otra parte.

A menudo se nos presenta la afirmación de que las naciones ricas del mundo son (casi) todas democracias electorales, y esta riqueza nacional se ofrece como prueba de la superioridad del sistema político. Pero la correlación no es causalidad, y no hay pruebas que sugieran que la forma estadounidense de política multipartidista contribuya de forma útil a la riqueza de nadie, excepto de aquellos que están en posición de aceptar el patrocinio de una u otra forma. También es cierto que muchas de estas naciones o regiones se enriquecieron bajo lo que nos gusta llamar gobiernos autoritarios, pasando a formas alternativas mucho más tarde.

Además, si la política electoral es una fuerza positiva para la riqueza nacional, esta fuerza no se distribuye de forma equitativa, ya que podemos encontrar algunos poderosos ejemplos en su contra. El primero de ellos sería la India, “la mayor democracia del mundo”, que no es precisamente un ejemplo de riqueza y de éxito. Y de hecho, el mundo posee una abundancia de democracias pobres, existiendo muchas naciones con una combinación de los atributos básicos del multipartidismo y un PIB per capita patéticamente bajo. Las naciones que han abrazado el capitalismo parecen ir generalmente bien, y parece que si hay alguna correspondencia entre la riqueza nacional y algún sistema de funcionamiento, ese sistema sería el capitalismo y no la política electoral.

Colonialismo: La Amarga Verdad

Por lo general, parece que se le escapa al público que Estados Unidos y la mayoría de las demás naciones occidentales tienen en común un rasgo adicional, además de la política electoral y el capitalismo, y ese rasgo es la colonización. Estados Unidos y las naciones de Europa Occidental no se enriquecieron por ser democráticos o capitalistas; adquirieron prácticamente toda su riqueza depredando y saqueando a todas las naciones más débiles del mundo. Los hechos son demasiado claros; no hay forma de ocultar esto. El Imperio Británico prosperó durante siglos invadiendo y saqueando innumerables naciones, masacrando a incontables millones de personas en el proceso. Los franceses, los italianos, los españoles, los portugueses, los holandeses, los alemanes, los turcos, todos hicieron lo mismo. Al igual que los estadounidenses, a su manera.

La cantidad de documentación existente sobre la violación y el saqueo de estas naciones probablemente consistiría en una pila que llegaría hasta la Luna. La lista de los actos inhumanos y bárbaros cometidos por estos colonizadores probablemente llegaría hasta la Luna ida y vuelta. Si no hubiera sido por la conquista y la colonización de todas esas naciones en América, en Asia y África, en Oriente Medio, y el saqueo de sus riquezas, todas esas cacareadas democracias capitalistas occidentales serían hoy tan pobres como Angola, a pesar de toda su creatividad, libertad y democracia.

Los británicos, los europeos y los estadounidenses abordaron los problemas logísticos de la colonización de forma diferente. Los británicos fueron los más prácticos en la gestión de sus colonias, mientras que los estadounidenses encontraron la manera de lograr el mismo resultado por control remoto. Pero los resultados fueron los mismos: pobreza, miseria y opresión para los vencidos y colonizados, y una riqueza incalculable para los imperios coloniales. No hay forma de escapar a esta brutal verdad. El historial de las naciones occidentales en la deposición de gobiernos y la destrucción de naciones en aras de su saqueo colonial, debería llevar a los seres humanos pensantes y sensibles a las lágrimas. La responsabilidad de esta pobreza perpetua recae en las naciones occidentales que invadieron y colonizaron estos países, despojándolos de sus riquezas y recursos, y haciéndose inmensamente ricos en el proceso. Durante más de 100 años, utilizando su ejército y más tarde la CIA, el gobierno estadounidense instaló dictadores obedientes en docenas de las naciones más pobres del mundo, mientras las multinacionales estadounidenses extraían cientos de miles de millones de beneficios de las más escasas inversiones.

No hay forma de evitar el hecho de que una de las principales causas de la supremacía económica de Estados Unidos en la actualidad sea su colonización militar y política, el saqueo de las naciones garantizado por la instalación de brutales dictaduras militares. Unas 50 naciones sufrieron ese destino bajo el disfraz propagandístico de defender la democracia o de proteger los intereses estadounidenses. Así es como Estados Unidos se enriqueció. No fue, como cree la mayoría de los estadounidenses, para ser “libres” o para tener “democracia”, o por ser más inteligentes o más inventivos que otras naciones. Por el contrario, todo se hizo con la fuerza militar ilegal y violenta, esclavizando virtualmente a muchas docenas de países como colonias militares brutales, utilizando a esas naciones como vacas para ordeñar. Estados Unidos simplemente canibalizó a gran parte del mundo. Como escribió Samuel Huntington en su libro, “El choque de civilizaciones y la reconstrucción del orden mundial”, “Occidente ganó el mundo no por la superioridad de sus ideas, valores o religión, sino por su superioridad en la aplicación de la violencia organizada”. Los occidentales suelen olvidar este hecho; los no occidentales nunca lo hacen”.(1) (2)

Comenzó con los hermanos Dulles (3) (4) (5) y la United Fruit Company en América Central, (6) (7) (8) (9)  con la ITT ayudando a financiar el derrocamiento de los gobiernos locales, (10) (11) (12) (13) (14) (15),y continuó desde ahí. Toda Sudamérica y Centroamérica, gran parte de África y Asia, estuvieron expuestas a esta marca de “libertad y democracia” estadounidense. En la década de 1920, el gigante minero estadounidense Anaconda era dueño de todo el cobre de Chile -las minas de cobre más productivas del mundo- y extraía miles de millones en beneficios mientras que Chile seguía sumido en la pobreza. Cuando Chile actuó para nacionalizar sus minas de cobre, Estados Unidos envió inmediatamente a la CIA para asesinar al presidente, derrocar al gobierno e instalar a Augusto Pinochet como dictador títere, un hombre cuya brutalidad fue legendaria pero que permitiría a Anaconda continuar con su programa de “saqueo por la paz”.

Durante muchas décadas, Gran Bretaña, Francia y los Estados Unidos mantuvieron a Irán prácticamente en la pobreza, despojando a esa nación de todas sus reservas de petróleo para financiar sus imperios, mientras que no dejaban casi nada para el propio Irán. (16) (17) (18) (19) (20) Cuando esta nación decidió nacionalizar su industria petrolera para hacerse cargo de sus propios recursos nacionales, Estados Unidos envió a la CIA para derrocar al gobierno debidamente elegido de Irán e instaló al Sha como presidente, uno de los dictadores más brutales e inhumanos que se recuerdan, pero que permitiría a las naciones imperiales occidentales seguir saqueando libremente los recursos de Irán. (21) (22) (23) (24) (25) (26) (27) En Zaire, el temor de Occidente a perder el control de los recursos de oro, diamantes y cobalto, provocó otro derrocamiento estadounidense, de nuevo por la CIA, esta vez asesinando a otro líder debidamente elegido e instalando a otro brutal dictador dispuesto a los sobornos occidentales. (28) (29) (30) Desde la década de 1920 hasta la de 1960, las compañías petroleras estadounidenses, con constantes intervenciones militares de Estados Unidos, agotaron todas las reservas de petróleo conocidas de Colombia, obteniendo miles de millones de beneficios y dejando a la nación sin petróleo conocido. El presidente estadounidense Coolidge orquestó el derrocamiento del gobierno de Guatemala tras negarse a otorgar más concesiones a la United Fruit Company de los Rockefeller, que ya poseía la mitad de las tierras cultivables del país. Especialmente en América Central y del Sur, el imperialismo militar produjo enormes beneficios y crecimiento económico para EEUU mientras mantenía a esos países enterrados en la pobreza. Todos los presidentes estadounidenses han empleado el eslogan propagandístico de “hacer al mundo seguro para la democracia” como pretexto y preludio de otra guerra ilegal de colonización, pero el presidente Wilson explicó con mayor claridad el verdadero significado de este término en una conferencia en la Universidad de Columbia en 1907 cuando dijo:

“Puesto que el fabricante insiste en tener el mundo como mercado, la bandera de su nación debe seguirle y las puertas de las naciones que se cierran contra él deben ser derribadas. Las concesiones obtenidas por los financieros deben ser salvaguardadas por los ministros de Estado, aunque en el proceso se ultraje la soberanía de las naciones que no están dispuestas a ello.”

“Aplicando los recursos combinados de los cárteles industriales y bancarios de EE.UU., se aprovecharon todos los medios de comunicación de masas disponibles para crear y difundir historias sobre las virtudes de EE.UU. y el “estilo de vida americano”. Esta campaña de enorme éxito persuadió a los estadounidenses de a pie para que trabajaran, lucharan y murieran por la ventaja especulativa de la maquinaria bélica estadounidense. “El mayor misterio… que hay que superar es la aparente contradicción entre los principios proclamados por Estados Unidos y la intensidad de sus prácticas de operaciones encubiertas”. Philip Agee llamó en su día a la CIA “el ejército invisible del capitalismo”. (32) (33) De hecho, su conclusión después de dejarla [la CIA] fue que el capitalismo nunca podría mantenerse sin una extensa fuerza militar y policial secreta para suprimir la oposición al mismo. La autopsia de Valentine del Programa Fénix vietnamita comienza reconociendo que la CIA fue (y es) central en la política corporativa de Estados Unidos. “En Vietnam, la Compañía desarrolló … Phoenix como una campaña intensiva de gestión corporativa y de relaciones públicas para lo que se llama “la construcción de la nación”. El objetivo general de la “construcción de la nación” es destruir la infraestructura autóctona y nacionalista -lo que los estadounidenses considerarían su gobierno estatal y local, junto con todas las organizaciones y redes sociales por las que se organizan y mantienen las comunidades- y sustituirla por una que funcione sobre la misma base que la infraestructura corporativa estadounidense. La CIA estaba desarrollando lo que más tarde se llamaría -también eufemísticamente- asociaciones público-privadas. De hecho, el libre comercio significaba que las corporaciones estadounidenses evitaban deliberadamente los costes de gobernar territorios económicamente rentables. En su lugar, se prefirió lo que se ha llamado “un archipiélago de imperios”. Esto significó la expansión del principio británico de gobierno indirecto mediante la creación y el apoyo a regímenes nominalmente independientes que soportan todos los costes sociales a través de impuestos abusivos, al tiempo de que se aseguran de que la mano de obra y los recursos naturales sean de libre acceso para las corporaciones estadounidenses.” (T.P. Wilkinson / 9 de agosto de 2014)

Una muestra de la marca salvaje del capitalismo estadounidense es un cable de octubre de 1970 enviado a los agentes de la CIA en Chile por el personal de Henry Kissinger, en respuesta a la elección en Chile de un nuevo gobierno decidido a recuperar el control de la economía del país por las multinacionales estadounidenses:

“Es una política firme y continua que [el gobierno democráticamente elegido de] Allende sea derrocado por un golpe…. Debemos continuar generando la máxima presión hacia este fin utilizando todos los recursos apropiados. Es imperativo que estas acciones se lleven a cabo de forma clandestina y segura para que el USG [Gobierno de los Estados Unidos] y las manos estadounidenses queden bien escondidas”. Edward M. Korry, el embajador de Estados Unidos en Chile, escribió: “Ni una tuerca ni un perno llegará a Chile bajo Allende. Una vez que Allende llegue al poder, haremos todo lo que esté a nuestro alcance para condenar a Chile y a todos los chilenos a la mayor privación y pobreza…” (34)

Del libro de Howard Zinn “¿Imperio o Humanidad? Lo que el aula no me enseñó sobre el Imperio Americano”:

“Leyendo fuera del aula… Empecé a encajar las piezas de la historia en un mosaico más amplio. Lo que al principio había parecido una política exterior puramente pasiva en la década que precedió a la Primera Guerra Mundial, aparecía ahora como una sucesión de intervenciones violentas: la toma de la zona del Canal de Panamá a Colombia, un bombardeo naval en la costa mexicana, el envío de los marines a casi todos los países de América Central, ejércitos de ocupación enviados a Haití y a la República Dominicana. El motivo del establishment estadounidense… fue descrito a principios de 1941 por Henry Luce, multimillonario propietario de las revistas Time, Life y Fortune, como la llegada de El Siglo Americano. Había llegado el momento, dijo, de que los Estados Unidos ejercieran sobre el mundo todo el impacto de nuestra influencia, para los fines que consideráramos oportunos y por los medios que consideráramos oportunos. Difícilmente se puede pedir una declaración más sincera y contundente del diseño imperial”. (35)

Zinn escribió que los libros de historia y los discursos afirman invariablemente que el ejército estadounidense es un “instrumento de civilización”, no de agresión, y que Estados Unidos se limita a difundir la libertad, los derechos humanos y la democracia en todo el mundo. Sin embargo, añadió: “Para el pueblo de Estados Unidos, y de hecho para los pueblos de todo el mundo, esas afirmaciones se revelan tarde o temprano como falsas. La retórica, a menudo persuasiva a primera vista, pronto se ve abrumada por los horrores que ya no se pueden ocultar: los cadáveres ensangrentados… los miembros desgarrados… los millones de familias expulsadas de sus hogares…”

Robert Bowman, obispo estadounidense y veterano de Vietnam, escribió:

“No se nos odia porque practiquemos la democracia, porque valoremos la libertad o porque defendamos los derechos humanos. Nos odian porque nuestro gobierno niega estas cosas a la gente de los países del Tercer Mundo cuyos recursos son codiciados por nuestras corporaciones multinacionales. Ese odio que hemos sembrado ha vuelto a perseguirnos en forma de terrorismo, y en el futuro, de terrorismo nuclear”.(36) (37)

Aquí hay más voces, todas ellas con el mismo mensaje:

“… el establishment no puede admitir [que] son las violaciones de los derechos humanos las que hacen que … los países sean atractivos para las empresas, por lo que hay que falsear la historia, incluyendo la negación de nuestro apoyo a los regímenes de terror y las prácticas que proporcionan climas favorables a la inversión, y nuestra desestabilización de las democracias que [no] cumplen [el] estándar de servicio a la corporación transnacional … Estados Unidos ha dado un apoyo frecuente y entusiasta al derrocamiento de la democracia en favor de regímenes “favorables a los inversores”. El Banco Mundial, el FMI y los bancos privados han prodigado sistemáticamente enormes sumas a los regímenes del terror, tras su desplazamiento de los gobiernos democráticos, y varios estudios cuantitativos han demostrado una relación positiva sistemática entre la ayuda de Estados Unidos y del FMI/Banco Mundial a los países y sus violaciones de los derechos humanos.” (38) (39) (Edward S. Herman)

“Así como Estados Unidos entrenó a militares y policías latinoamericanos en métodos de lucha contra el “populismo” en sus países, ayudando así a producir un “clima favorable de inversión” al llevar al poder a los Estados de Seguridad Nacional, también se necesita una policía grande, bien entrenada y despiadada en el país de origen para impulsar una agenda de derechas contraria a los intereses de una gran mayoría. Hay … una enorme conspiración tácita entre el gobierno de Estados Unidos, sus agencias y sus corporaciones multinacionales, por un lado, y las camarillas empresariales y militares locales del Tercer Mundo, por otro, para asumir el control total de estos países y “desarrollarlos” en régimen de empresa conjunta. Los líderes militares del Tercer Mundo fueron cuidadosamente nutridos por el establecimiento de seguridad de Estados Unidos para servir como “ejecutores” de esta asociación de empresa conjunta, y han sido debidamente suministrados con ametralladoras y los últimos datos sobre métodos de interrogación de subversivos.” (40) (Edward S. Herman)

“Estados Unidos apoya a las dictaduras de derechas en América Latina, el sudeste asiático y Oriente Medio… porque estos son los gobernantes que han atado su destino político personal a las fortunas de las corporaciones estadounidenses en sus países… Los líderes revolucionarios o nacionalistas tienen circunscripciones e intereses políticos radicalmente diferentes. Para ellos, crear “un buen clima de inversión” para Estados Unidos y desarrollar su propio país son objetivos fundamentalmente contradictorios. Por lo tanto, Estados Unidos tiene un gran interés económico en evitar que esos hombres lleguen al poder o en organizar su destitución si lo hacen”. (41) (Richard Barnet, Intervention and Revolution)

“Los dirigentes estadounidenses se han esforzado con mucho éxito en reprimir (1) la aparición de formas de producción competitivas (socialistas, colectivistas, comunitarias); y (2) las formaciones de capital competitivas (economías capitalistas autónomas prósperas, o mixtas, en las naciones emergentes), y con el ALCA y el AGCS, todos los servicios del sector público excepto la policía y el ejército en todos los países capitalistas. El objetivo es la tercermundización de todo el mundo, incluyendo Europa y América del Norte, un mundo en el que el capital gobierne de forma suprema sin servicios del sector público; sin sindicatos con los que hablar; sin una clase trabajadora próspera, alfabetizada y eficazmente organizada con expectativas crecientes; sin fondos de pensiones ni protecciones medioambientales, de consumo ni laborales, ni planes médicos, ni ninguna de las otras cosas insufribles que reducen las tasas de beneficio.” (42)  (Michael Parenti)

“La mano oculta del mercado nunca funcionará sin un puño oculto: McDonald’s no puede prosperar sin McDonnell Douglas…” (43)  (Thomas Friedman, New York Times)

“Las grandes multinacionales no están dispuestas a enfrentarse a las contradicciones morales y económicas de su propio comportamiento: producir en dictaduras con salarios bajos y vender a democracias con salarios altos. De hecho, lo sorprendente de las empresas globales es la facilidad con la que el capitalismo de libre mercado deja de lado sus supuestos valores para hacer negocios. Las condiciones de la libertad humana no les importan mientras la demanda del mercado sea sólida. La ausencia de libertad, en todo caso, presta orden y eficiencia a sus operaciones”. (44) (William Greider)

“¿Por qué deberíamos preocuparnos por los escuadrones de la muerte? Están acabando con los comunistas, nuestros enemigos. Yo les daría más poder. Diablos, yo les daría algunos cartuchos si pudiera, y a todos los demás también… ¿Por qué deberíamos criticarlos? El escuadrón de la muerte, estoy a favor de ello”. (45) (46)  (Ex presidente de la Cámara de Comercio Americana en Guatemala)

Y William Shirer, un autor estadounidense, escribió:

“Hasta que no pasemos por ello nosotros mismos, hasta que nuestra gente no se encoja de miedo en los refugios de Nueva York, Washington, Chicago, Los Ángeles y otros lugares, mientras los edificios no se derrumben por encima de nuestras cabezas y estallen en llamas y los cadáveres se precipiten, y que cuando termine el día o la noche emerjamos de entre los escombros para encontrar a algunos de nuestros seres queridos destrozados, nuestras casas desaparecidas, nuestros hospitales, nuestras iglesias, nuestras escuelas demolidas, sólo después de esa espantosa experiencia nos daremos cuenta de lo que le estamos infligiendo al pueblo de Indochina …” (47)

Colonización al Estilo Americano

Colonizar el mundo es una empresa complicada y difícil, principalmente porque la mayoría de las naciones no están dispuestas a ser colonizadas y tienden a resistirse a las invasiones extranjeras y a la esclavización de su pueblo. Por lo tanto, normalmente se necesita un ejército grande y poderoso no sólo para invadir y conquistar, sino frecuentemente para matar, torturar y aterrorizar a gran parte de la población con el fin de mantener la obediencia. También se necesita un gran número de funcionarios dispuestos a trasladarse a estas colonias para gestionar la logística del saqueo de sus riquezas y recursos. Y por supuesto, esto requiere grandes sumas de dinero y de esfuerzo.

Además, normalmente debes permanecer presente en estas colonias. La historia ha demostrado que es bastante difícil ser un “colonizador ausente”, ya que las colonias tienden rápidamente a volverse olvidadizas y desobedientes, estando más interesadas en sus derechos que en los tuyos. Y con el hecho de tener que sofocar las constantes rebeliones, la molestia de cargar todo ese oro y tesoro, los campesinos egoístas que prefieren cultivar productos alimenticios en lugar de opio, el tener que lidiar con un gobierno local que se resiste a esclavizar a su pueblo, era un trabajo difícil. Pero los estadounidenses, tan inventivos como siempre, descubrieron una forma nueva y casi sin esfuerzo de colonizar el mundo sin dejar de asegurarse el flujo constante de tesoros a sus costas: una verdadera colonización por control remoto. Así es como funcionaba:

    • Elige un país objetivo con recursos naturales útiles.
    • Busca entre los mandos militares un verdadero asesino patológico sin lealtad a su país.
    • Envía a la CIA para desestabilizar al gobierno, organizar un golpe de estado y nombrar al comandante militar como presidente.
    • Proporciona una amplia financiación, un suministro ilimitado y gratuito de armas y entrena a tu nuevo dictador en la famosa “Escuela de las Américas”, en los principios de la tortura y la represión de la población civil.
    • Explica claramente al nuevo dictador-marioneta que sólo es un “presidente vitalicio”, el lapso en cuestión (está) determinado enteramente por su afán de reprimir a su población local mientras permita el saqueo de los recursos de su nación por parte de las corporaciones estadounidenses.
    • Relájate en la Casa Blanca y gestiona tu nueva “colonia” por control remoto,

Funcionó de maravilla, en más de 50 países. Las multinacionales y los banqueros estadounidenses podían entrar, prácticamente esclavizar a la población pagando salarios de miseria, exportar todos los recursos, y convertirse no sólo en obscenamente ricos, sino en enormes empresas a escala mundial.

Según Steve Kangas, “estas operaciones de la CIA patrocinadas por el gobierno estadounidense siguen el mismo guión recurrente: Las naciones desafortunadas son el objetivo por una amplia variedad de razones: no sólo las amenazas a los intereses comerciales estadounidenses en el extranjero, sino también las reformas sociales liberales o incluso moderadas, la inestabilidad política y la falta de voluntad de un líder para llevar a cabo los dictados de Washington. A menudo, la amenaza proviene simplemente del ascenso de un líder popular apoyado por el pueblo porque pretende llevar a cabo una reforma agraria, reforzar los sindicatos, redistribuir la riqueza, nacionalizar la industria de propiedad extranjera y regular las empresas para proteger a los trabajadores, los consumidores y el medio ambiente”.(48)

Para conseguirlo, la CIA “utiliza todos los trucos del libro: propaganda, urnas rellenadas, elecciones compradas, extorsión, chantaje, intriga sexual, historias falsas sobre los oponentes en los medios de comunicación locales, infiltración y desorganización de los partidos políticos de la oposición, secuestro, palizas, tortura, intimidación, sabotaje económico, escuadrones de la muerte e incluso asesinato”. EE.UU. ha confeccionado una plantilla para sus colonizaciones, y enseña las tácticas en la infame “Escuela de las Américas” que conoceremos más adelante. También examinaremos algunos ejemplos seleccionados de colonización estadounidense en acción, y obtendremos una valoración de los resultados.

Cultivando la Disparidad de Ingresos

Durante muchas décadas, el mundo se ha acostumbrado a considerar a Estados Unidos como el país más rico del mundo, asociando la riqueza individual con la supremacía económica nacional. Las causas de esa condición se han examinado a veces en los medios de comunicación populares, pero rara vez con mucha exactitud o diligencia, y nunca sin una buena dosis de los mitos de la propaganda estadounidense.

Pocos estadounidenses, y aún menos personas en otros lugares, parecen saber que el gobierno de Estados Unidos era plenamente consciente de su dominio económico, y que lo perseguía como objetivo no sólo en términos absolutos sino también relativos. Durante al menos los últimos 100 años, y tal vez durante mucho más tiempo, la “dominación por la disparidad económica” fue parte integrante de la estrategia de la política exterior estadounidense, acompañada de la correspondiente supremacía planificada en los ámbitos militar y político. Parece casi surrealista hacer esta afirmación, pero no era sólo la riqueza y la supremacía económica lo que los estadounidenses codiciaban, sino también la disparidad económica. Los Estados Unidos no sólo querían ser ricos, y ser más ricos que otras naciones, sino también mantener a esas otras naciones en una pobreza dependiente. Y esta posición ha sido constante durante muchas décadas. Siga leyendo:

En una conferencia celebrada en México en 1945, Estados Unidos exigió una “Carta Económica de las Américas” (49) (50) destinada a eliminar lo que denominó “el azote del nacionalismo económico”, decidido a aplastar “la filosofía del Nuevo Nacionalismo que abarca las políticas destinadas a lograr una distribución más amplia de la riqueza y a elevar el nivel de vida de las masas”. Un funcionario del Departamento de Estado explicó que esto significaba una objeción de Estados Unidos a los latinoamericanos que “estaban convencidos de que los primeros beneficiarios del desarrollo de los recursos de un país debían ser los habitantes de ese país”. En consonancia con esta actitud, Estados Unidos aceptó reconocer al gobierno de México sólo a condición de que el artículo 27 de la Constitución mexicana no se aplicara a las empresas petroleras estadounidenses. El artículo 27 establecía que el petróleo mexicano era propiedad de México. La posición estadounidense fue promovida enérgicamente por el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Andrew Mellon, miembro de la familia que controlaba la Gulf Oil.

La Visión Estadounidense de la Supremacía Económica de los Estados Unidos en 1948

En 1948, un hombre llamado George Kennan, que era director de Personal de Planificación de Políticas del Departamento de Estado de EE.UU., publicó un documento entonces ultra-secreto (PPS 23, 24 de febrero de 1948), en el que exponía una evaluación honesta de la necesidad de una política imperial estadounidense exitosa. El documento decía en parte:

“Tenemos cerca del 50% de la riqueza del mundo, pero sólo el 6,3% de su población. Esta disparidad es especialmente grande entre nosotros y los pueblos de Asia (y China). En esta situación, no podemos dejar de ser objeto de envidia y resentimiento. Nuestra verdadera tarea en el próximo periodo es concebir un modelo de relaciones que nos permita mantener esta posición de disparidad sin un perjuicio positivo para nuestra seguridad nacional. Para ello, tendremos que prescindir de todo sentimentalismo y de toda ensoñación; y nuestra atención tendrá que concentrarse en todas partes en nuestros objetivos nacionales inmediatos. No debemos engañarnos pensando que hoy podemos permitirnos el lujo del altruismo y la beneficencia mundial. Debemos dejar de hablar de objetivos vagos y -para el Extremo Oriente (incluida China)- irreales, como los derechos humanos, la elevación del nivel de vida y la democratización. No está lejos el día en que tengamos que tratar con conceptos de poder directos. Cuanto menos nos obstaculicen luego los eslóganes idealistas, mejor”.(51) (52)

La posición de Kennan expuesta anteriormente merece algunos comentarios. Nos dice que los EE.UU. en ese momento tenían una disparidad de riqueza especialmente grande con países como China, y que los EE.UU. deben idear “un patrón de relaciones” que permita a los EE.UU. mantener esa disparidad. Y eso sólo puede significar colocar a EE.UU. en una relación esencialmente de amo/esclavo con esas naciones, que les obligue a aceptar su pobreza relativa y su condición de subyugados de forma permanente. Más aún, esas “relaciones” deben crearse en condiciones en las que nunca pueda desarrollarse ninguna amenaza militar, económica o política para la perpetuación de la dominación estadounidense.

Termina afirmando que Estados Unidos no puede entregarse a ninguna tontería humanitaria como “el sentimentalismo, el altruismo o la beneficencia mundial”, y que cualquier esperanza elevada para China, como tener derechos humanos o un nivel de vida más alto, son “objetivos irreales”, y que Estados Unidos no debe dejarse obstaculizar por el “idealismo”. En sus palabras, EE.UU. no puede permitirse “el lujo” de preocuparse por otras naciones, y EE.UU. no puede “engañarse a sí mismo” pensando que podría permitir que esas otras naciones se desarrollaran y se enriquecieran, ya que sólo manteniendo una extrema disparidad económica podrá seguir siendo supremo. Según Kennan, EE.UU. debe concentrarse en todas partes en su objetivo nacional inmediato de mantener la supremacía económica sobre todas las demás naciones, y especialmente sobre naciones como China.

Los lectores pueden sorprenderse al ver esta actitud declarada tan desnuda, pero la supremacía económica, militar y política siempre ha sido un objetivo primordial de Estados Unidos. Desde la fundación de la República estadounidense no ha habido un momento en el que Estados Unidos no soñara, maquinara y planificara esta dominación mundial. Y por supuesto, saquear los recursos de otras naciones manteniendo su pobreza, era una parte natural de este plan. Nunca ha sido de otra manera. Nunca fue un accidente del destino o de las circunstancias que el gobierno de EEUU instalara dictadores en tantas docenas de naciones; esto se hizo únicamente para permitir el libre saqueo por parte de las corporaciones de los EEUU mientras se mantenía a esas muchas naciones en sujeción política y militar, y a sus ciudadanos en la pobreza.

Este plan deliberado rara vez se enunció abierta o claramente, pero las acciones de Estados Unidos y sus multinacionales durante muchas décadas no dejan lugar a dudas sobre su intención. Las observaciones de Kennan no hacen más que afirmar lo que siempre se había entendido tácitamente en los pasillos del poder estadounidense. Fue también por esta razón por la que Estados Unidos contribuyó a la creación de organismos de la ONU como el Banco Mundial y el FMI. Éstos nunca tuvieron como objetivo estimular o ayudar al desarrollo del mundo no occidental, sino asegurar la pobreza perpetua y el libre saqueo de los recursos de las naciones no desarrolladas, condiciones necesarias en la mente estadounidense para mantener la dominación económica mundial. También es importante señalar que en esta lucha por la dominación política y militar, los Estados Unidos estaban siendo utilizados como una herramienta por los banqueros internacionales para su propio plan de dominación mundial. En este proceso, los EE.UU. acumularían recursos y riquezas, pero a través de los mecanismos de financiación del FMI y del Banco Mundial, las familias bancarias europeas acabarían siendo dueñas de gran parte de la tierra y de la infraestructura de esas naciones.

Dadas las circunstancias, no podemos sorprendernos de que América del Sur y Central, por ejemplo, sean en su mayoría tan pobres hoy como lo eran hace 200 años, después de dos siglos de “amistad, patrocinio y asistencia” estadounidense a esas naciones. La única razón por la que países como Brasil, Venezuela y Argentina se estén enriqueciendo poco a poco es que finalmente se han desprendido del yugo del imperialismo estadounidense y de los banqueros europeos, han derrocado a los dictadores instalados por Estados Unidos y han comenzado a trazar su propio curso de desarrollo libres del aplastante peso del colonialismo.

Pero Estados Unidos no acepta de buen grado este giro de los acontecimientos, y hoy sigue interfiriendo masivamente en los asuntos políticos internos de todas estas naciones, con enormes volúmenes de dinero, propaganda y no poca violencia organizada, en un intento de desbaratar su progreso. No en vano, en muchas encuestas realizadas a lo largo de muchas décadas, Estados Unidos aparece sistemáticamente como la nación más odiada del mundo.

La Visión Estadounidense de la Supremacía Económica de Estados Unidos en 2010

 

“Si hablas con los líderes chinos, creo que reconocerán inmediatamente que si más de mil millones de ciudadanos chinos tienen los mismos patrones de vida ahora mismo… que los estadounidenses, entonces a todos nosotros nos espera una época muy miserable, el planeta simplemente no puede sostenerlo, así que entienden que tienen que tomar una decisión sobre un nuevo modelo que sea más sostenible…” -(53)  El presidente estadounidense Obama en Australia en 2010.

Se puede ver que nada ha cambiado en la narrativa estándar de Estados Unidos. El significado y las intenciones de Obama están tan perfectamente claros en 2010 como lo estaban los de Kennan 60 años antes: El mundo sólo tiene espacio para un país rico, y ese país será Estados Unidos. Afirma sin tapujos la posición de Estados Unidos de que China y otras naciones similares deben reducir sus esperanzas y expectativas nacionales y aceptar que tendrán que seguir siendo pobres para siempre para que Estados Unidos pueda perpetuar su supremacía mundial. Obama recurre hábilmente a la “sostenibilidad” como una excusa imperdonablemente deshonesta e interesada. Sus declaraciones son una gran mentira. Nos está diciendo que si China continúa con su elevado ritmo de progreso económico fuera del control de Estados Unidos, la supremacía y la dominación estadounidenses no podrán mantenerse. Por lo tanto, según él, China debe seguir siendo pobre. La justificación no declarada de su posición es que Dios quiso que los estadounidenses gobernaran el mundo.

” … si los países emergentes (como) China, India y Brasil… siguen un camino en el que nos reemplazan como los mayores emisores de carbono, ese no es un enfoque práctico sostenible…”

Lo que Obama está diciendo en realidad es que si países como China sustituyen a EE.UU. como los mayores emisores de carbono, también sustituirán a EE.UU. como la mayor economía del mundo y EE.UU. se volverá lentamente irrelevante. Por ello, el desarrollo de China no es “sostenible ni práctico” a los ojos de Estados Unidos. Obama termina afirmando que EE.UU. quiere que China se tome en serio sus “responsabilidades internacionales”, es decir, su responsabilidad de aceptar a EE.UU. como líder del mundo y aceptar seguir siendo pobre y subdesarrollado para que los estadounidenses puedan seguir siendo ricos y seguir saqueando y contaminando como su Dios quiere.

La lógica de Obama es repugnante, egoísta, deshonesta e interesada, exigiendo que los chinos adopten el sistema y los valores occidentales, pero no se les permitirá el mismo nivel de vida que a los estadounidenses. Según él, Estados Unidos mantendrá el modelo estadounidense pero no bajará el nivel de vida de los estadounidenses, y por ello hace la Proclamación Imperial de que los chinos deben convertirse en clones estadounidenses empobrecidos para mantener la sostenibilidad y la armonía en el universo. Como escribió Song Luzheng en su blog de París, “lo que hay que cambiar es el modelo occidental y no el chino”. Se preguntaba por qué los estadounidenses no han creado un modelo sostenible hasta ahora, y puesto que su modelo es insostenible, ¿por qué lo promueven globalmente como basado en valores universales?

Prerrogativa Imperial

En otro volumen de esta serie, titulado “Los secretos más sucios de Estados Unidos”, escribo sobre el experimento médico encubierto de los gobiernos de Estados Unidos en Guatemala, donde un numeroso grupo de médicos apoyados por el Departamento de Estado y el CDC llevaron a cabo una especie de guerra en el país, en la que en un experimento militar equivocado infectaron a innumerables miles de personas con sífilis y luego las dejaron morir lentamente. El Mundo, uno de los principales periódicos españoles, publicó en agosto de 2011 un artículo titulado “Guatemala, el laboratorio de campo de los Estados Unidos”, en el que el articulista afirmaba con precisión que el objetivo de los norteamericanos era encontrar un país pobre, con infraestructuras públicas y servicios sanitarios poco desarrollados, en el que un hombre con acento americano, bata blanca y estetoscopio, pudiera cometer cualquier cantidad de atrocidades bajo la pretensión de curar. Y que en los años 40, Guatemala era un lugar ideal, donde “los más bajos y miserables” serían víctimas fáciles de un abominable experimento diseñado sin escrúpulos en Estados Unidos.

Una profesora estadounidense llamada Susan Reverby, que conocía a algunos de los participantes en ese “experimento”, escribió una impactante apología revisionista en la que se preguntaba: “¿Importan las atrocidades de Guatemala? ¿A quién le importa? ¿Qué hay ahí, además de nuestro “sentido lascivo y horrorizado de lo que hicieron sin permiso”? ¿Necesitamos otra historia horrible sobre “los malos tiempos” de la investigación médica?”. (54)  Continuó afirmando que Guatemala importa principalmente porque “demuestra los vínculos entre la periferia y la metrópoli…”, una afirmación que requiere alguna explicación. “Metrópoli” es otra palabra para referirse a la Ciudad Madre, un eufemismo para referirse a Londres, el centro del Imperio Británico, siendo la “Periferia” el resto del Imperio. En este contexto, estas palabras son construcciones políticas de la teoría de los sistemas mundiales, siendo los países de la periferia los menos desarrollados, los que no reciben su parte de la riqueza mundial, los que tienen instituciones débiles, carecen de tecnología, tienen sistemas educativos y sanitarios poco desarrollados, y suelen ser explotados al máximo por las naciones occidentales desarrolladas. Son vistos y utilizados como fuentes de recursos naturales, mano de obra barata y productos agrícolas. Su único propósito es servir de combustible para el fuego de la dominación de las naciones desarrolladas.

El carácter de la Metrópoli, las naciones desarrolladas hoy ejemplificadas por los EEUU, es el de un control dictatorial unidireccional en términos económicos, políticos y militares. Es esencialmente un dominio directo de todas las naciones no desarrolladas, ya sea por colonización o por coerción militar, económica y política. Así que Reverby, la “profesora de ideas” para mujeres jóvenes del Wellesley College, nos dice que las tragedias humanas de Guatemala son irrelevantes (“¿a quién le importa lo que hicieron?”), que el único aspecto importante de esos experimentos inhumanos es servir como ejemplo vivo de la verdadera relación entre los pocos ricos supremacistas blancos y los miles de millones de pobres de color: la de depredador y presa. Fue en 1945 -más o menos al mismo tiempo que estas atrocidades en Guatemala- cuando el gobierno de EE.UU. lanzó su amarga campaña para eliminar “el azote del nacionalismo económico” propugnado por las naciones pobres que creían que los beneficiarios de sus recursos y desarrollo debían ser sus propios ciudadanos. También mencioné anteriormente el documento político de George Kennan de 1948, en el que se afirmaba la necesidad de mantener una dramática disparidad económica entre EE.UU. y todas las demás naciones. (55)

Desde los primeros días de la nación estadounidense, fue esta teología de la supremacía blanca la que ha dictado la lógica, la ética y la metafísica de la élite estadounidense, y es en el contexto desnudo de esta filosofía moral reprobable que la misma élite estadounidense, apoyada por el gobierno de los Estados Unidos, se sintió no sólo con la libertad sino con el derecho natural de utilizar al pueblo de Guatemala como un zoológico médico. Es, por supuesto, bastante inhumano, pero para esta élite judeocristiana es el orden natural de su Dios que los débiles y los negros se hagan prácticamente útiles y se sometan a la utilidad y a la búsqueda de la felicidad de los estadounidenses. Esta es la hipótesis fundamental sobre la que funciona el sistema estadounidense y por la que se explican los efectos naturales de las acciones estadounidenses. En este instrumento primario de la subordinación de los débiles despreciables se tocan los acordes de la armonía musical de la fe judeocristiana occidental.

El éxito comercial estadounidense ha sido durante muchas décadas el resultado de la política exterior de Estados Unidos a través del cañón de una pistola. Y hoy en día, Estados Unidos sigue el mismo camino de utilizar su poder militar para ayudar a las multinacionales estadounidenses a saquear los recursos de Europa del Este, Oriente Medio, América y el Sudeste Asiático, bajo el pretexto de “hacerlos seguros para la democracia”. El general del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, Smedley Butler, que fue uno de los dos únicos estadounidenses que ganó dos veces la Medalla de Honor de Estados Unidos, pensó en los años 30 en escribir su autobiografía, y afirmó: “Hay cosas que he visto, cosas que he aprendido que no deberían quedar sin decir. La guerra no es más que un tinglado. La mejor manera de describir un tinglado es… como algo que no es lo que le parece a la mayoría de la gente. Sólo un pequeño grupo interno sabe de qué se trata. Se lleva a cabo para el beneficio de unos pocos a expensas de las masas. La guerra es un tinglado para proteger intereses económicos, y nuestros soldados son enviados a morir en suelo extranjero para proteger las inversiones de las grandes empresas.”

Butler escribió: “Estados Unidos ha destruido rutinariamente la democracia en todo el mundo mientras sus líderes afirmaban estar difundiendo la democracia. Pasé 33 años en los Marines, la mayor parte de mi tiempo siendo un musculoso de clase alta para las grandes empresas, para Wall Street y para los banqueros. En resumen, fui un chantajista, un gángster del capitalismo. El público en general paga la factura. Esa factura rinde una horrible cuenta. Lápidas recién colocadas, cuerpos destrozados. Mentes destrozadas. Corazones y hogares rotos. Inestabilidad económica. Impuestos agotadores para generaciones y generaciones. Ayudé a hacer que México, especialmente Tampico, fuera seguro para los intereses petroleros estadounidenses en 1914. Ayudé a hacer de Haití y Cuba unos lugares decentes para que los chicos del National City Bank recaudaran ingresos. Ayudé en la violación de media docena de repúblicas centroamericanas para los beneficios de Wall Street. Ayudé a purificar Nicaragua para la casa bancaria internacional de Brown Brothers en 1909-1912. Despejé el camino en la República Dominicana para los intereses azucareros estadounidenses en 1916. En China ayudé a que la Standard Oil siguiera su camino sin ser molestada”. (56)

En otro discurso declaró: “La guerra era en gran medida una cuestión de dinero. Los banqueros prestan dinero a los países extranjeros, y cuando éstos no pueden devolverlo, el Presidente envía a los marines a buscarlo. Lo sé: he estado en once de esas expediciones”. En un artículo publicado en “Common Sense” en 1935, Butler afirmó que el notorio banco Brown Brothers de la familia Harriman estaba detrás de los marines estadounidenses que actuaban como “chantajistas” y “gángsters” para explotar a los campesinos de Nicaragua. Prescott Bush, el abuelo del presidente estadounidense George Bush, era el director general de Brown Brothers, Harriman.

El General David Shoup, ex Comandante de los Marines de los Estados Unidos, escribió en 1966: “Creo que si tuviéramos, y quisiéramos, mantener nuestros sucios y sangrientos dedos empapados de dólares fuera de los asuntos de estas naciones tan llenas de gente deprimida y explotada, llegarían a una solución propia. Y … al menos lo que consiguieran será lo suyo, y no el estilo americano, algo que no quieren y sobre todo no quieren que se lo hagan tragar los americanos” (57)

Es cierto que una de las razones, y quizá la principal, por las que Estados Unidos se centró tanto en su fuerza militar fue para promover sus ambiciones comerciales. Ya en la década de 1850, Estados Unidos utilizaba la “diplomacia de las cañoneras” -amenazas militares navales- para imponer sus exigencias comerciales. En este sentido, Estados Unidos seguía el modelo de las potencias coloniales europeas, que habían dominado el proceso de intimidar a las naciones para que otorgaran concesiones comerciales y tratados muy desiguales simplemente mostrando la amenaza de una fuerza militar abrumadora. La mayoría de las veces, la mera visión de una flota de barcos de guerra frente a las costas de un país era suficiente para obtener el cumplimiento de casi todas las demandas.

Fue esta misma amenaza naval la que obligó a la reina de Hawái a abdicar y entregar su país a un estadounidense que codiciaba las plantaciones de esa nación(58) (59) (60), y más tarde en obligar a Japón a abrir sus fronteras al comercio (61). Cuando los estadounidenses discuten hoy este asunto, su opinión colectiva es que quizá no fue muy agradable, pero “todo lo que hicimos fue convencer a Japón de que comerciara con nosotros, y eso no es malo. Japón se benefició tanto como nosotros”. Pero esta postura, bastante ingenua y simplista, ignora las grandes desigualdades de los acuerdos comerciales que se celebraron posteriormente. Y fue este acto de aterrorizar a Japón el que desencadenó de forma más o menos directa la Restauración Meiji, poniendo a los japoneses en su propia borrachera de imperialismo en China.

En cualquier caso, durante al menos los últimos 200 años, la diplomacia de las cañoneras o una de sus variantes fue la forma dominante para que Estados Unidos estableciera nuevos socios comerciales y cumpliera con sus ambiciones imperiales en expansión. En años posteriores, como veremos, la variante más común del gobierno estadounidense era derrocar al gobierno local e instalar una dictadura militar cautiva que diera rienda suelta a las multinacionales estadounidenses para saquear literalmente los recursos de cada nación y proporcionar por la fuerza mercados casi ilimitados para los productos estadounidenses. La doctrina estadounidense, a lo largo de la mayoría de las administraciones, ha sido siempre la de que Estados Unidos tiene derecho a recurrir a la fuerza unilateral para garantizar “un acceso desinhibido a los mercados clave, a los suministros de energía y a los recursos estratégicos”, tal como lo expresó Clinton, y la creencia en este “derecho” sigue sin disminuir en la actualidad. (62) (63) (64)

Un ejemplo importante del “derecho de acceso desinhibido” de los estadounidenses es Panamá, un país minúsculo situado en la zona de transición de América Central a América del Sur, donde el enlace continental sólo tiene unos 50 kms. de ancho y que contiene el Canal de Panamá, que permite el paso entre los océanos Atlántico y Pacífico sin tener que hacer el largo y peligroso viaje alrededor del extremo sur de América del Sur. Pocos estadounidenses parecen saber que Panamá se convirtió en un país independiente hace relativamente poco tiempo, que siempre había sido la provincia panameña de Colombia. Hace unos 100 años, el gobierno estadounidense quiso construir un canal de transporte a través del estrecho istmo, pero Colombia rechazó la propuesta cuando Estados Unidos exigió que el canal y las tierras circundantes fueran propiedad de Estados Unidos como suelo americano soberano a perpetuidad. Así que el presidente Roosevelt envió al ejército estadounidense, “liberó” el istmo, declaró un nuevo país llamado Panamá, nombró a un presidente local obediente y se adueñó de su nuevo “país”.

Durante mucho tiempo fue casi imposible conocer la verdad real sobre la creación de Panamá y la historia del canal. Los textos de historia de EE.UU. presumían efusivamente del ingenio y la destreza estadounidenses en la construcción del canal, pero en ninguna parte mencionaban la agresión militar y el secuestro de un país. Un típico texto de historia estadounidense nos dice sin más detalles: “En 1903 Estados Unidos se aseguró el derecho, mediante un tratado, de construir un canal a través de Panamá”. En las repetidas ocasiones en las que Colombia envió tropas en intentos infructuosos de liberar su provincia, los libros de historia estadounidenses e incluso las páginas web del gobierno de Estados Unidos califican estos hechos de “represión de una insurrección local”, o en ocasiones, de “protección de los intereses estadounidenses”. Un libro de texto de historia de una universidad estadounidense afirmaba que Estados Unidos envió tropas a Panamá “para mediar en una disputa fronteriza”, siendo la disputa, por supuesto, que no había frontera, que Panamá era una provincia de Colombia. La “nueva” constitución panameña concedió a Estados Unidos el derecho a “intervenir en cualquier parte de Panamá, para restablecer la paz pública y el orden constitucional”, y Estados Unidos lo hizo en numerosas ocasiones, generalmente para asegurar un resultado favorable en las elecciones “democráticas” de Panamá. Varios presidentes o candidatos panameños “murieron inesperadamente” durante la campaña electoral, y en más de una ocasión los militares estadounidenses tuvieron que intervenir para proteger a su presidente títere instalado del linchamiento por parte de turbas enfurecidas.

Por supuesto, el canal fue tan ventajoso en términos económicos y militares como los estadounidenses esperaban. Ahorró a los barcos estadounidenses innumerables miles de millones de dólares en costes adicionales de combustible y aportó cientos de miles de millones de dólares en tasas de tránsito para el tesoro estadounidense. El canal también proporcionó enormes ventajas políticas, ya que permitió al ejército estadounidense un acceso más fácil a ambos océanos y los estadounidenses pudieron controlar el acceso de los buques militares y comerciales de otras naciones, convirtiéndose en una preciada herramienta del imperialismo estadounidense para la extorsión de conformidad y sumisión. La mayoría de los occidentales tienen una imagen del Canal de Panamá como una especie de ruta de transporte no partidista disponible para toda la navegación mundial, pero eso nunca ha sido cierto. EE.UU. ha utilizado repetidamente el Canal como herramienta de negociación para la conformidad imperial, y para su propia ventaja militar y comercial. Los buques militares estadounidenses transitan regularmente por el canal, pero ¿imagina el mundo que los buques rusos hacen lo mismo, o que un buque iraní, si se le permite el paso, pagará la misma tarifa de tránsito que un buque estadounidense? De hecho, una de las principales herramientas que utilizó Estados Unidos para provocar que Japón atacara la flota en Pearl Harbor fue el cierre del canal a toda la navegación japonesa, y a todos los buques, especialmente los que transportaban petróleo, que se dirigían a Japón. (67).  Si añadimos las ganancias financieras y los enormes beneficios políticos y militares, el valor del Canal de Panamá para el ascenso de Estados Unidos estaba más allá de toda estimación.

El nuevo territorio imperial estadounidense de Panamá tuvo otros usos que no fueron ampliamente publicitados y que permanecieron desconocidos durante muchas décadas. Uno de ellos fue que Panamá se convirtió en la ubicación de la mayor y más notoria instalación de entrenamiento terrorista y de tortura del mundo, la famosa “Escuela de las Américas” operada por Estados Unidos, donde la CIA y el ejército estadounidense instruyeron y entrenaron a casi todos los brutales dictadores y gobiernos terroristas del mundo en todas las bellas artes de la tortura, los actos de terrorismo, el sabotaje, las revoluciones y la represión de poblaciones civiles (68).  Panamá también fue utilizada como base de operaciones para las invasiones ilegales de otras naciones en América Central y del Sur, así como por la CIA para sus actividades en la desestabilización política de otras naciones de la región  (69). Debido a la ubicación de Panamá y a su control por parte de Estados Unidos, también tenía un valor inestimable para la CIA en sus operaciones de narcotráfico internacional. (70) (71) (72).Para que no quede duda, la población y la economía panameñas no obtuvieron casi ningún beneficio. La participación de Panamá en los ingresos del canal fue una miseria, y se prohibió explícitamente a las empresas panameñas prestar servicios a la zona del canal o a los barcos que transitaban por ella. La presencia y el control estadounidenses siempre han tenido el resentimiento de la población local, y todavía lo tienen hoy. El país ha sufrido repetidas revueltas y trastornos civiles masivos debido a la arrogancia estadounidense y al control manifiesto de las elecciones, y los lugareños se han rebelado repetidamente para derrocar al “presidente” impuesto por Estados Unidos. Wikipedia nos dice que “los funcionarios estadounidenses supervisaron las elecciones a petición de los gobiernos en funciones”. ¡Uh Uh!. Pero esta no es la versión local.

En eventos relacionados, pocas personas son conscientes de los llamados “acuerdos de protección financiera” que el gobierno de EE.UU. -a instigación de los banqueros de la FED- impuso por la fuerza a muchas naciones en las Américas, acuerdos por los que los bancos de EE.UU. “gestionarían” el dinero en efectivo y las finanzas de estas naciones más pequeñas, siempre para gran beneficio de los banqueros y en detrimento de las víctimas. En el caso de Panamá, por ejemplo, EE.UU. se negó a pagar directamente a Panamá los pagos anuales de alquiler por el uso de la tierra relacionada con el Canal de Panamá, y en su lugar entregó el dinero a los banqueros de J. P. Morgan, que debían invertir el dinero en nombre de Panamá, pero que invirtieron los fondos en bienes raíces en Nueva York, obteniendo miles de millones de beneficios a lo largo de un siglo, mientras pagaban a Panamá sólo un pequeño interés anual.

La mayoría de los países de América Central y del Sur han estado sujetos a estos contratos financieros peculiarmente estadounidenses. Estos controles financieros tan comúnmente impuestos a las naciones más pobres de las Américas proporcionaron a los EE.UU. un poder político abrumador y enormes beneficios financieros, así como la deseada disparidad de ingresos, ya que los fondos de una nación no se liberarían para fines sociales incurriendo en el descontento de los estadounidenses. Cualquiera de estas naciones que intentara gastar en servicios sociales o en el desarrollo de infraestructuras sin el permiso expreso de EE.UU., activaría automáticamente la “obligación de una intervención” por parte del ejército estadounidense. En total, los beneficios obtenidos por unos pocos banqueros e industriales de la élite estadounidense gracias a estos acuerdos fueron astronómicos durante un siglo. Durante más de 100 años, todo el continente del Sur fue tratado como un lucrativo, aunque reacio y problemático, centro de de división de beneficios para los banqueros e industriales estadounidenses. Esto sigue ocurriendo hoy en día. Los países en desarrollo que obtienen un préstamo de 10.000 millones de dólares del Banco Mundial para el desarrollo de infraestructuras puede que nunca lleguen a tocar ese dinero, ya que finalmente se pagará a empresas estadounidenses u otras occidentales. A menudo, los fondos se quedan en un banco estadounidense a la espera de su distribución, durante la cual el dinero podría producir convenientemente enormes beneficios para un fondo de cobertura o financiar una bonita promoción de condominios en Manhattan. Los capitalistas nunca dejan que el dinero se quede parado, aunque no sea suyo.

Pero eso no fue todo. Por usar a Haití como ejemplo, Estados Unidos ha interferido constantemente en los asuntos internos de Haití durante más de 100 años, derrocando gobiernos elegidos y sustituyéndolos por dictadores, invadiendo Haití seis o siete veces para confiscar los ingresos del gobierno en nombre de lo que ahora es Citibank. Más de una vez, los marines estadounidenses invadieron el país, irrumpieron en el banco central de la nación y robaron todo su dinero, incluidos todos los depósitos de oro de Haití. (73) (74) (75)  Cuando Haití se negó a entregar sus bancos al Citibank y sus ferrocarriles a una empresa estadounidense, Estados Unidos lanzó una abrumadora invasión militar durante la cual reescribió la constitución de Haití, entregó casi toda la industria a empresas estadounidenses, disolvió el ejército del país y lo sustituyó por una fuerza de policía militar estadounidense, masacró a decenas de miles de civiles y esclavizó a otros cientos de miles para construir un ferrocarril que llevara los recursos de Haití a los barcos estadounidenses. Estados Unidos dirigió el país como una dictadura militar durante décadas y reprimió con saña toda la resistencia local, al tiempo que imponía un bloqueo informativo total para que ninguna noticia pudiera escapar. En los libros de historia y en la propaganda del gobierno estadounidense, los militares sólo estaban allí “para mantener el orden durante la amenaza de insurrección”, y por supuesto, “para proteger los intereses estadounidenses”. El pequeño Haití y muchos países pobres como él, han contribuido enormemente a la riqueza estadounidense.

La CIA organizó el derrocamiento del gobierno electo de Guatemala (76)  para instalar a Ríos Montt, otro asesino patológico financiado por Estados Unidos, y lo apoyó durante 40 años de escuadrones de la muerte entrenados y patrocinados por la CIA. Montt se especializó en la tortura, las desapariciones, las ejecuciones masivas y una crueldad inimaginable, con el resultado de más de 200.000 víctimas. Fue uno de los acontecimientos más inhumanos de todo el siglo XX, en gran parte patrocinado por el presidente estadounidense Reagan. Y no sólo patrocinado, sino alabado; Montt asistió a la investidura presidencial de Reagan y fue uno de sus buenos amigos. Pero el dictador, apoyado por EEUU, había entregado prácticamente toda su nación a los banqueros y corporaciones estadounidenses. En aquella época, sólo los Rockefeller poseían más del 40% de la tierra cultivable de Guatemala, así como toda la red de ferrocarriles y el sistema de telégrafos, y también el único puerto del país. Anteriormente, cuando EE.UU. se preparaba para su invasión de Guatemala, muchos de los documentos de planificación fueron filtrado al gobierno guatemalteco, que los publicó en los medios de comunicación y exigió una explicación de EE.UU.. Por supuesto, el Departamento de Estado afirmó que las acusaciones eran “ridículas”, y añadió además: “La política de Estados Unidos es no interferir en los asuntos internos de otras naciones. Esta política ha sido reafirmada en repetidas ocasiones”. Y la revista Time, siempre servicial, afirmó que esos documentos eran sólo un complot ruso para avergonzar a Estados Unidos. Y entonces la CIA continuó con sus planes, asesinando al presidente y derrocando al gobierno como si nada hubiera pasado. Los estadounidenses no se avergüenzan fácilmente.

Además de saquear los bancos centrales de Haití, Puerto Rico, Panamá, Guatemala y algunos otros en el vecindario, los estadounidenses saquearon los bancos de muchas otras naciones. Estaba Cuba, por supuesto, saqueada más de una vez, y Filipinas después de la guerra hispanoamericana y de nuevo durante la Segunda Guerra Mundial. Al vencedor le corresponde el botín. Lo mismo ocurrió con Afganistán e Irak, aunque el New York Times no quiso deprimirte con esa noticia. Y Libia, donde casi lo primero que ocurrió tras la muerte de Khaddaffi fue el saqueo de los 30.000 millones de dólares en oro del banco central, una especie de donación a las familias bancarias europeas por parte de los rebeldes libios, que sorprendentemente fundaron su propio banco central con Rothschild como presidente. Y tuvimos a Ucrania, donde la FED de EE.UU. alivió a ese país de sus 20.000 millones de dólares en lingotes de oro, transfiriéndolos a Nueva York “para su custodia”, para no volver a verlos nunca más. Rusia fue fuertemente saqueada (de nuevo) después del colapso de la URSS, al igual que la mayoría de los otros países de Europa del Este, y más recientemente los fragmentos de Yugoslavia. Sin duda hay otros, aunque la documentación y las admisiones de culpabilidad no son fáciles de obtener en estos asuntos. Puede que las cantidades no le parezcan grandes, pero 30.000 millones de dólares por aquí y 30.000 millones por allá, y pronto tendremos mucho dinero.

Sin embargo, para no perder el punto principal, todas estas naciones de América del Sur y Central estaban sometidas más o menos a las mismas presiones políticas, militares y financieras que Panamá, Haití y Guatemala. Por eso siguen siendo pobres hoy en día, después de más de 200 años de ayuda estadounidense. Todas estas naciones han hecho colectivamente una enorme contribución al tesoro de Estados Unidos y a la acumulación de riqueza de la élite estadounidense, una historia tan inhumana como despreciable que ha sido totalmente borrada del registro histórico occidental. Los estadounidenses nunca lo han sabido, y las poblaciones locales nunca lo olvidarán. No es una sorpresa que gran parte del mundo odie amargamente a los Estados Unidos hoy en día, pero los estadounidenses nunca ven esta cara de su país. De hecho, Internet y las máquinas de relaciones públicas de los Estados Unidos están llenas de elogios al poder de las empresas estadounidenses, con términos como “La industria del cobre estadounidense: Futuro Brillante, Pasado Glorioso”. Pero ese “pasado glorioso” consistió en violar, saquear y expoliar a Chile durante más de 200 años.

El Trabajo, la Maldición del Capitalismo

La mano de obra es casi siempre el mayor componente de los gastos de explotación de las empresas, y en muchos sectores representa el 50% o el 60% de los costes totales. Elimine los costes laborales y pronto sus beneficios serán astronómicos. Calcule eso durante 500 años y probablemente tendrá todo el dinero del mundo. Y si sus competidores pagan los salarios normales del mercado, usted será la única empresa que sobreviva en el mundo mucho antes de que transcurran esos 500 años. ¿Cómo podría ser de otra manera? Sin costes de mano de obra, puede vender sus productos a un precio mucho más bajo que los costes reales de fabricación de sus competidores y obligar rápidamente a todos los demás a abandonar el negocio. En ese momento puedes subir tus precios de venta a casi cualquier nivel y experimentar márgenes de beneficio más allá de los sueños más salvajes de la avaricia. Esto es lo que la mayoría de las empresas multinacionales intentan hacer hoy en día. Cuando miran sus estados financieros, la cifra que más destaca es el elevado componente laboral, así que para aumentar los beneficios recortan personal, congelan la contratación y rechazan los aumentos salariales (excepto para los ejecutivos). La mano de obra es siempre el componente más vulnerable, ya que la mayoría de los costes fijos y variables tienen poco margen de mejora, y la mayoría de los gastos generales ofrecen poco margen de ahorro. Los costes de fabricación alcanzan rápidamente un nivel a partir del cual no pueden reducirse más, por lo que la mano de obra es el objetivo obvio.

Esto es tan cierto que hoy en día casi no hay personas que se hayan enriquecido sin violar las sensibilidades de la mano de obra que emplearon. Mire a Apple, uno de los favoritos de Estados Unidos, con cerca de 200.000 millones de dólares en beneficios no declarados en el extranjero. Apple robó todo ese dinero, o al menos lo hicieron sus proveedores. Steven Jobs es venerado como un innovador debido al iPhone de Apple, pero el iPhone no era nada. La verdadera innovación de Jobs fue encontrar una empresa -Foxconn- que construyera un campo de concentración de un millón de empleados donde fabricar y ensamblar los iPhones, mientras el millón de jóvenes trabajadores vivía al borde de la inanición. Si Jobs hubiera aceptado la responsabilidad de los que en realidad eran empleados de Apple y les hubiera pagado algo parecido a un salario digno, esos 200.000 millones de dólares serían cero. El “factor genial” del iPhone es irrelevante en esta ecuación. Los beneficios de Apple no vinieron de lo genial; vinieron del robo de los salarios de los jóvenes más vulnerables de la sociedad que necesitaban un trabajo y un comienzo en la vida. Para tener éxito en su misión, Jobs primero tenía que asegurarse de que ellos fracasaran en la suya. Y lo hizo.

Pensemos en Sam Walton, de Wal-Mart. Esto es precisamente lo que hizo: pagar de menos a un millón de empleados durante 30 o 40 años, muy por debajo de las tarifas salariales estándar y con un empleo sólo a tiempo parcial para evitar los elevados costes de las prestaciones como la asistencia sanitaria, las pensiones y el seguro de desempleo, que suelen suponer el 30% o más de la factura salarial. Con este enfoque, Walton podía rebajar los precios de venta de sus competidores por un margen sustancial y convertirse en casi el único en juego en la ciudad. Si se le permite continuar, pronto será el único en la ciudad. Y hoy se dice que los diversos herederos de Sam Walton poseen el 30% de toda la riqueza de Estados Unidos. En China, Li Ka-Shing, el hombre más rico de Hong Kong, encaja en el mismo molde. Maltrataba y pagaba tan mal a sus empleados, que su fábrica de flores de plástico fue el detonante de la sangrienta guerra civil de Hong Kong, que duró nueve meses en la década de 1960.

Li sobrestimó su capacidad de saqueo -un error que no cometió Sam Walton- y el mundo explotó. Pero para cuando la sangre corría literalmente por las calles, Li había acumulado suficiente efectivo para comprar todo muy barato y hacerse aún más rico. Si escarbas en la historia de cualquier hombre rico de hoy, encontrarás que, con pocas excepciones, hicieron exactamente lo que Steve Jobs, Sam Walton, Jack Ma y tantos otros han hecho: enriquecerse a costa de los trabajadores. Estas son las mismas personas que hoy se promocionan en los medios de comunicación como generosos filántropos y amables humanistas, salvando árboles y promoviendo abortos. Y todos ellos son miserables fraudes. Esa filantropía debería dirigirse a los empleados con cuyos sacrificios se enriquecieron en un principio, si es que alguno de ellos sigue vivo.

General Motors tuvo éxito de la misma manera que Apple y Wal-Mart, con un pequeño giro que combina ambos métodos. Con los sindicatos siendo todavía poderosos, GM no tenía la flexibilidad necesaria para matar de hambre a sus propios trabajadores, así que adoptó el enfoque de Apple de la fama y la hambruna. GM dejó de fabricar todos sus componentes y subcontrató la fabricación a sus proveedores, lo que dio a GM no sólo ventaja sino inmunidad frente a la ira del sindicato UAW. GM ofreció un volumen compras masivas a los proveedores, pero a precios tan bajos que se vieron forzados a seguir el molde de Foxconn: vida en un campo de concentración y salarios que proporcionaban un festín a los beneficios de GM y hambruna a todos los demás. La situación era tan mala que los contratos de GM incluían una cláusula de disminución adicional del 5% de los costes en cada año del contrato, y se negaba a permitir que un proveedor participara en un nuevo contrato sin conceder primero una disminución del 10% del precio en cualquier contrato existente. Por supuesto, GM era muy odiada, ya que esta estrategia de subcontratación significaba que los trabajadores de otros absorberían toda la carga financiera de la avaricia de GM, millones de trabajadores concediendo cada uno diez mil dólares cada año a los resultados de GM.

Esta fue la estrategia que sustentó el enfoque estadounidense de colonización militar y saqueo de las naciones subdesarrolladas. Con el respaldo de los militares y del Departamento de Estado, las multinacionales estadounidenses aplicaron estas políticas a más de 50 países de América, África y Asia. Negociaron los precios de las materias primas y de los productos hasta casi cero, mientras pagaban salarios de hambre y utilizaban al dictador instalado para mantener el terror suficiente con la opresión de la población para impedir los conflictos laborales y cualquier pensamiento de formar sindicatos. Esta filosofía laboral tan querida hoy por Wal-Mart, Apple, GM, Coca-Cola, Nike y tantas otras multinacionales estadounidenses, fue perfeccionada por el Departamento de Estado de EEUU mucho antes de que estas empresas nacieran.

Volvamos a Wal-Mart por un momento. Si Sam Walton pudo, en el espacio de 30 o 40 años, construir con este método la mayor empresa de venta al por menor del mundo, ¿qué podría lograr en 100 años, o en 300 años, o en 500? Sí, en ese parpadeo relativamente corto en el tiempo, sus miserables vástagos ya poseen el 30% de toda la riqueza de los Estados Unidos, ¿cuánto tendrían en 100 años, o 300, o 500? No es un salto lógico imaginar a Walton siendo no sólo el mayor, sino el único minorista de importancia en el mundo, ni tampoco es un salto imaginarlo comprando muchas otras empresas e industrias y aplicándole su fórmula probada. Dentro de 100 o 200 años, podría tener la única tienda de alimentación del mundo, o farmacia, u hospital, y de hecho la empresa ha entrado en todos estos campos y más, y está intentando hacer precisamente eso.

Pero Sam Walton tenía que pagar algo a sus empleados, así que les pagó entre 1/2 y 2/3 de un salario estándar (sin beneficios), y ya ha visto lo que consiguió. Pero, ¿y si no hubiera tenido que pagarles nada? ¿Y si su única obligación fuera alimentarlos y dejarlos dormir en su almacén? ¿Y si todos sus hijos se convirtieran automáticamente en empleados no remunerados de Wal-Mart a partir de los seis años de edad, recibiendo también sólo comida y alojamiento? ¿Cuánto más rico sería hoy? Si pudiera seguir en este modelo, ¿cuánto más rico sería dentro de 500 años? Ahora retrocedamos en el tiempo e imaginemos el resultado si Sam hubiera abierto su primer Wal-Mart en Plymouth Rock hace 500 años, y nunca hubiera pagado un céntimo de salario desde entonces. E imaginemos además que casi todas las empresas estadounidenses de todos los sectores operaran de esta misma manera mientras que ninguna empresa de otros países lo hiciera.

¿Qué tiene esto que ver con la esclavitud y con la forma en la que Estados Unidos se hizo rico? Como ya habrá adivinado, todo.

Esclavitud

Ninguna otra nación en la historia reciente del mundo ha debido el mérito de su desarrollo económico a un solo factor tanto como los estadounidenses le deben a los siglos de un suministro ilimitado de trabajadores sin salario. Más de 100 millones de negros africanos y aún más millones de blancos ingleses, irlandeses y escoceses, junto con muchos millones más de chinos e indios, fueron secuestrados y esclavizados por los traficantes de esclavos estadounidenses y judíos en una empresa comercial masiva que duró varios cientos de años, y cuyos efectos siguen siendo muy evidentes en toda América hoy en día. La esclavitud no era una cuestión de que los ricos tuvieran sirvientes personales. Era una empresa totalmente capitalista promulgada para maximizar los beneficios de los terratenientes, una forma de trabajo forzado promulgada legalmente y respaldada por la legislación estadounidense. La esclavitud era tan importante para la economía estadounidense que, durante mucho tiempo, la medida económica estándar en Estados Unidos no era el PIB, sino el valor en dólares de la producción por esclavo. El sur de EE.UU. habría sido en su momento la nación más rica del mundo si se midiera en función de otros países.

Una nación que durante cientos de años no paga ningún salario al 80% de sus trabajadores experimentará un desarrollo económico mucho más rápido, y una élite inconmensurablemente más rica de lo que hubiera sido posible de otro modo. Que los estadounidenses afirmen hoy que las naciones en desarrollo están construyendo sus economías “a costa de sus trabajadores”, no sólo es indicativo de una enorme ignorancia, sino que constituye una abominable hipocresía. Son los estadounidenses quienes construyeron su supremacía económica literalmente sobre las espaldas de los esclavos y de los pobres.

La historia de la esclavitud ha sido hábilmente reescrita como una cuestión moral, pero fue principalmente económica, no moral, siendo su existencia en los EE.UU. absolutamente indispensable para el desarrollo de la riqueza de la clase dirigente estadounidense. La contribución financiera de la esclavitud a las fortunas personales de los políticos, las élites y los banqueros estadounidenses es incalculable, al igual que su contribución al auge financiero de Estados Unidos en su conjunto. Los beneficios derivados de la trata de esclavos en el Atlántico condujeron directamente al auge del capitalismo industrial estadounidense y al sistema de explotación mundial del imperialismo norteamericano. A ambos lados del Atlántico, fueron principalmente los enormes beneficios del comercio de esclavos los que propiciaron y financiaron la Revolución Industrial.

La omnipresente esclavitud no sólo fue esencial para el desarrollo económico estadounidense, sino que fue el indicador más importante de la filosofía y la estructura de la forma occidental de capitalismo y de la violencia inherente a ese sistema. Más de un autor ha señalado que la esclavitud no sólo impulsó la economía estadounidense durante cientos de años, sino que “dio forma a todos los aspectos cruciales de la economía y la política” de Estados Unidos. Edward Baptist, al que me refiero más adelante, afirmó muy bien que lo que yo llamo “historiadores de Photoshop” describen el gran auge económico de Estados Unidos en términos de “empresarios, creatividad, invención”, cuando la amarga verdad es que fue el resultado casi en su totalidad de la esclavitud, la colonización brutal y la distribución generalizada de la violencia organizada contra los pueblos más débiles, y no fue en ningún sentido una búsqueda de la libertad y la oportunidad, sino del dinero y el beneficio.

En una demanda actual de los nativos del Caribe (79) (80) (81),  se alega que sólo Gran Bretaña se benefició hasta en 4 o 5 billones de libras esterlinas de su participación en la trata de esclavos; el beneficio para la nueva América habría sido mucho mayor. Las demandas serán en gran medida simbólicas, ya que las partes responsables ya han rechazado -por motivos esencialmente morales y lógicos- cualquier esperanza de compensación. El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido dijo: “No vemos las reparaciones como la respuesta”. Qué sorpresa. Francia se basó en la inutilidad de calcular los costes, con la lógica aparente de que, como no podemos calcular con precisión, no nos molestaremos en hacerlo, ahorrándonos así billones de dólares. El gobierno holandés tuvo más tacto, ya que “ha expresado su profundo pesar por la historia de la esclavitud y ha reconocido así las injusticias del pasado”. Traducción: nuestra pequeña y amable disculpa es todo lo que conseguiréis. Pero esta gente tiene motivos para preocuparse. El Caribe es, con mucho, la parte más pequeña de estas ganancias (o pérdidas), pero varios economistas y matemáticos han hecho esfuerzos sinceros para estimar sus pérdidas reales, e incluso bajo cálculos conservadores, dijeron que la cifra era “tan astronómica que casi no tiene sentido”. Y, por supuesto, esas cifras astronómicas sin sentido son precisamente las ganancias para el desarrollo económico de Estados Unidos y Europa, cuyas cifras serían casi infinitamente más altas. Un profesor estadounidense estimó que el beneficio financiero mínimo para la élite gobernante de EE.UU. sería de varias decenas de billones, y eso en dólares de 1800 o 1850.

Un excelente libro reciente que profundiza en los aspectos financieros de la esclavitud es “La mitad que nunca se ha contado: La esclavitud y la formación del capitalismo americano”, de Edward Baptist (82) (83) (84) (84a).  Baptist consigue exponer la esclavitud como una parte fundamental de la economía estadounidense en lugar de ser, como alguien escribió, “una nota a pie de página de una narrativa dominante de la expansión de la libertad”. En realidad, la “libertad” no aparece en ninguna parte de esta ecuación, siendo la imaginaria “búsqueda de libertad y oportunidades” de los colonos, sin duda, la parte más engañosa de la historia estadounidense. Como relata Baptist, toda la industria financiera de las Américas se desarrolló en torno a la economía de la esclavitud. Los banqueros desarrollaron generaciones de nuevos instrumentos financieros, creando valores financieros como bonos con esclavos como garantía, y muchas variedades de hipotecas con intereses sobre los esclavos que se agrupaban y vendían a los inversores de forma muy parecida a las hipotecas de las casas de hoy en día. Estos paquetes de instrumentos financieros que utilizaban a los seres humanos esclavizados como garantía se utilizaban habitualmente para conseguir dinero para la compra de tierras u otras inversiones, y se vendían ampliamente a los inversores ricos, tanto en América como en Europa, siendo una de las formas más disponibles y populares de inversión en valores.

Después de que los Rothschild forzaran su legislación a través del Congreso de los Estados Unidos para la fundación de un banco central de propiedad privada, su “Banco de los Estados Unidos” se dedicó en gran medida a utilizar fondos federales para financiar a los traficantes de esclavos, siendo ésta una de las principales fuentes de acumulación de riqueza del banco. Fue el Barings Bank, propiedad de los Rothschild, el que financió la mayor parte de la trata de esclavos originada en Europa (85); los Rothschild y otros banqueros y financieros aportaron el enorme capital necesario para financiar miles de barcos, cientos de miles de viajes de trata de esclavos y la compra de decenas de millones de esclavos con garantía. Los propietarios estadounidenses de esclavos poseían la mayor reserva de garantías de los Estados Unidos, y estos miles de millones de dólares constituían hasta el 25% de toda la riqueza del Nuevo Mundo, y como señaló Baptist, “la parte más líquida de esa riqueza era gracias a la eficacia de los mercados gestionados por los traficantes profesionales de esclavos”. Y de banqueros profesionales. En aquella época, probablemente no había negocio en el mundo más rentable que el comercio de esclavos o su financiación.

Sería útil dar unos pasos hacia atrás (o hacia un lado) para añadir algo del contexto histórico a este asunto. La esclavitud no comenzó con el secuestro de negros en África, que en realidad fue un hecho reciente. Los traficantes judíos de esclavos estaban activos en Europa hace 1.000 años, y de hecho la palabra esclavo deriva de “eslavo”, siendo los blancos cristianos de Europa Central y Oriental los primeros grupos humanos en ser secuestrados y vendidos, principalmente a países musulmanes, donde las mujeres blancas eran apreciadas por su sexo y los hombres castrados alcanzaban precios muy altos como eunucos para los harenes. La mayoría de los europeos estaban amargamente resentidos por ese tráfico de cristianos blancos, y fue a menudo por esta razón (así como por el cultivo de impuestos y otros ultrajes) que los judíos fueron tan a menudo expulsados de varios países europeos, y no debido al “antisemitismo” como la versión popular nos quiere hacer creer. (86) (87)

Pero cuando estas prácticas se desvanecieron, fueron los judíos europeos liderados por los Rothschild los que formaron la Compañía Británica de las Indias Orientales, que fue en su momento la mayor corporación del mundo y que construyó un ejército privado permanente de alrededor de un millón de hombres con el único propósito de tratar con brutalidad a la población india. (88) (89) (90) (91) (92) (93) (94)  Entre la letanía de atrocidades que este grupo infligió a la India se encuentra la iniciación de la esclavitud a gran escala, con la captura de millones de indios que fueron exportados como esclavos a todo el mundo, una práctica que pronto se trasladó a China. Los Rothschild concibieron la idea de cultivar opio en la India como forma de drenar la plata de China, momento en el que vastas áreas de la agricultura india fueron reconvertidas de alimentos a amapolas de opio, convirtiendo a un gran número de indios en cadáveres en el proceso. El opio se enviaba entonces a China, donde otro judío, David Sassoon, tenía la franquicia exclusiva del opio concedida por la propia reina Victoria. No es muy conocido, y lo trataré extensamente más adelante, pero la farsa del opio durante 150 años en China fue enteramente un negocio judío del que hoy se culpa astutamente a los ingleses. Estos traficantes de drogas pueden haber llevado pasaportes británicos, pero no eran ingleses (95) (96) (97. La Enciclopedia Judía de 1905 afirma que Sassoon expandió su comercio de opio a China y a Japón, colocando a sus ocho hijos a cargo de los diversos intercambios de opio más importantes en China. La Enciclopedia Judía de 1944 afirma que “sólo empleó a judíos en su negocio… Importó familias enteras de compañeros judíos … y los puso a trabajar”. Los Sassoon no eran los únicos judíos involucrados en el comercio, Sassoon compartía una pequeña parte de China con algunas otras familias judías, Hartung, Hardoon, Kadoorie, Arnold, Abraham, Ezra y Solomon, entre otros.

Fue interesante que The Economist, que de todos modos es un periódico decididamente deshonesto y poco fiable, escribiera una canción de alabanza para la Compañía de las Indias Orientales con el lema de “la mayor compañía estatal” de todas, olvidando de algún modo el saqueo y la destrucción total de la India, las masacres interminables, el opio, y el primer gran cártel de la droga del mundo. Es probable que no haya ninguna organización en la historia con tanta suciedad y sangre en sus manos como la Compañía Británica de las Indias Orientales y, sin embargo, The Economist se esforzó por dar glamour a esta abominación. A continuación nos dirán que Cecil Rhodes era un hombre de paz y que las guerras de los bóers no se libraron por los diamantes y el oro, sino por la libertad. Nick Robins, en su artículo sobre la Compañía Británica de las Indias Orientales, escribió: “… para muchos indios, fue el saqueo de la Compañía lo que primero desindustrializó su país y luego proporcionó la financiación que alimentó la propia revolución industrial británica. En esencia, la Honorable Compañía de las Indias Orientales encontró rica a la India y la dejó pobre”.

La huida de la Compañía de las Indias Orientales les permite a los británicos pasar por alto el origen de gran parte de su actual riqueza y considerar la continua pobreza de la India como un producto de su cultura y su “clima”, y no como el trágico resultado de las inhumanas aventuras de un pequeño grupo de despiadados depredadores extranjeros en busca de beneficios. Los libros de historia de la Compañía de las Indias Orientales y de su hermana, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, se cerraron hace mucho tiempo, pero deben volver a abrirse para que el mundo examine su contenido, que sin duda documentará uno de los episodios más profundamente malignos de toda la historia del mundo.

En aquella época, Sassoon era reconocido como el segundo judío más rico del mundo, después de Rothschild, con una fortuna que ascendía a miles de millones en 1850. Este es un buen lugar para echar por tierra la tonta leyenda urbana de que gente como Bill Gates o Warren Buffett son los hombres más ricos del mundo. Los Rothschild y los Sassoon eran multimillonarios hace 175 años y esas fortunas se han disparado desde entonces, siendo la estimación más fiable que estas y otras familias judías europeas tienen hoy activos por valor de billones, y los Rothschild estimados conservadoramente en unos 25 o 30 billones. Wikipedia, mintiendo como siempre, nos dice que los Rothschild fueron una vez ricos, pero que distribuyeron esa riqueza entre sus demasiados hijos, dejando a la familia prácticamente empobrecida. Eso es una tontería, ya que una sola partida -los varios billones de deuda del gobierno estadounidense que se deben a la FED- acabará en los bolsillos de los propietarios de la FED -Rothschild y algunos de sus amigos más cercanos, que también controlan los Bancos Centrales de Alemania, Inglaterra… En comparación con las familias bancarias judías europeas, Gates y Buffett son calderilla.

Al cabo de 50 años, Sassoon y algunas otras familias judías dedicadas al opio eran dueñas de la mayor parte de Shanghai, así como de muchas otras cosas, y el gran hotel Península de Hong Kong, que creo que sigue siendo propiedad de la familia Kadoorie, se financiaba con el dinero del opio procedente del continente. La razón por la que la reina Victoria arrebató Hong Kong a China fue que Sassoon necesitaba una base de distribución para su vasta franquicia de opio. Del mismo modo, el HSBC se fundó únicamente para blanquear el dinero del narcotráfico de Sassoon, una experiencia en la que el banco sigue especializándose hoy en día. La narrativa estándar nos dice que el HSBC fue fundado por el escocés Sir Thomas Sutherland, que quería un banco que operara según “los sólidos principios bancarios escoceses”, pero eso es un Photoshop histórico. El HSBC siempre fue un banco judío y David Sassoon fue el presidente del consejo de administración desde su fundación.

En cualquier caso, los esfuerzos de esclavitud de los Rothschild en la India se trasladaron pronto a China, con millones de chinos secuestrados y vendidos como esclavos en todo el mundo, más o menos coincidiendo con el comercio africano hacia las Nuevas Américas. El número de chinos secuestrados para este comercio de esclavos en la provincia de Fujian fue tan grande que provocó una rebelión generalizada y violenta, que obligó a los traficantes de esclavos judíos a retirarse y reiniciar sus secuestros en Macao y Guangdong. Sólo la guerra mundial moderó finalmente esta práctica.

Pero hay que señalar que el comercio mundial de esclavos ha sido casi siempre un negocio principalmente judío. No es necesario que defienda el tratado aquí, pero baste por ahora decir que muchas docenas de historiadores judíos han confirmado estos hechos ampliamente, y gran parte del registro histórico es indiscutible. En el comercio de esclavos de América del Norte, los judíos no tenían necesariamente ni en todo momento el monopolio, pero ciertamente eran muy prominentes y, en la mayoría de los casos, muy mayoritarios. Esto es cierto no sólo en lo que se refiere a los barcos, los secuestros, las ventas y la propiedad de los esclavos, sino que la financiación y la titularidad de los esclavos con garantía es en su mayor parte el mérito de ingeniosos banqueros judíos a ambos lados del Atlántico.

El historiador judío Seymour Liebman escribió: “El tráfico de esclavos [ingleses] era un monopolio real, y los judíos eran a menudo designados como agentes de la Corona en su venta… [Ellos] eran los mayores proveedores de barcos en toda la región del Caribe, donde el negocio naviero era principalmente una empresa judía…. Los barcos no sólo eran de propiedad judía, sino que estaban tripulados por judíos y navegaban bajo el mando de capitanes judíos”. (New World Jewry 1493-1825: Réquiem por los olvidados, KTAV, Nueva York, 1982). (99) (100) (101) (102) (103)

En la década de 1850, un inmigrante judío llamado Mayer Lehman obtuvo un nombramiento por parte del Gobernador para ser efectivamente el Ministro del Algodón, a cargo y control de toda la industria del algodón en Alabama, lo que también le puso a cargo de todos los esclavos del estado. Lehman y su familia generaron una riqueza tan enorme gracias a sus negocios con los esclavos y el algodón, que se trasladaron a Nueva York y fundaron el banco de inversiones Lehman Brothers. (104) (105) (106) (107) Hay muchas historias documentadas similares. La Enciclopedia Judía afirma: “Las plantaciones de algodón en muchas partes del Sur estaban totalmente en manos de los judíos”, y Roberta Feurlicht, en su libro “El Destino de los Judíos”, escribió: “No sólo había un número desproporcionado de judíos propietarios de esclavos, comerciantes de esclavos y subastadores de esclavos, sino que cuando se trazó la línea entre las razas, estaban en el lado blanco”.

Varios autores han tomado nota de lo que yo llamo “Photoshop histórico”, en el que los llamados “historiadores” contaminan el ambiente con cuentos de que la esclavitud era económicamente ineficiente y que en realidad sólo se trataba de que unos pocos tuvieran sirvientes privados y fueran “el señor de la mansión”, o que el enorme aumento de la recolección de algodón no se debió a las presiones cada vez más brutales ejercidas sobre las espaldas de los esclavos, sino a la aparición de nuevas cepas de algodón que casi se recogían solas. Algunos afirman que la esclavitud se oponía en realidad al capitalismo y era en realidad una especie de caridad que “salvaba a los esclavos de su propia barbarie innata”. Baptist escribió que la economía estadounidense se construyó enteramente sobre “innumerables actos individuales de crueldad”, y eso es precisamente correcto. Dijo: “La idea de que la mercantilización y el sufrimiento y el trabajo forzado de los afroamericanos es lo que hizo a Estados Unidos poderoso y rico, no es una idea que la gente esté necesariamente contenta de escuchar. Sin embargo, es la verdad”. Y es la verdad.

Kimberly Palmer escribió una reseña del libro de Baptist en el Washington Times, en la que decía: (108)

“Baptist desmonta los mitos que nuestra sociedad ha creado para que nos sintamos más cómodos con nuestro pasado esclavista. Comienza con el mayor mito de todos: que la esclavitud no era rentable, que era ineficiente y que acabaría desapareciendo al no poder adaptarse ni competir con la industrialización. Desgraciadamente, no hay absolutamente ninguna prueba de que fuera ineficiente o de que se estuviera extinguiendo. Por el contrario, la disponibilidad barata y fácil de tierras robadas y el crédito fácil debido a los instrumentos financieros creativos, combinados con la mano de obra esclava que las leyes permitían, fomentaban y protegían, condujeron a un auge en la producción de algodón que mostraba pocos signos de desaceleración hacia 1860. En 1860, los campos de trabajo de esclavos del Sur proporcionaban el 88% del algodón utilizado en las fábricas de algodón de Gran Bretaña. El algodón se había convertido en el producto comercial número uno de todo el mundo. Impulsó la revolución industrial, alimentando no sólo las fábricas de algodón de Gran Bretaña, sino también las de ciudades como Lowell y Massachusetts. Las fábricas de algodón de Lowell se construyeron con los beneficios obtenidos del trabajo no remunerado de los afroamericanos en los campos de trabajo de esclavos. El algodón pasó de representar el 14% del total de las exportaciones estadounidenses en 1802 al 61% en 1860. La cuota de Estados Unidos en el mercado mundial del algodón pasó del uno por ciento en 1801 al 66 por ciento en 1860”. Yo añadiría que este aumento de la cuota de mercado mundial de cero a dos tercios se debió enteramente al efecto Sam Walton: no pagarles nada y apoderarse del mundo.

El propio Baptist escribió en un artículo en Salon:

“Seguimos mintiendo sobre la esclavitud… la verdad sobre cómo la economía y el poder estadounidenses se construyeron sobre la migración forzada y la tortura. Todas estas décadas después, nuestros libros de historia están llenos de mitos y falsedades. Es hora de hacer un verdadero ajuste de cuentas… los historiadores de la generación de Woodrow Wilson imprimieron el sello de la investigación académica a la idea de que la esclavitud estaba separada de las grandes transformaciones económicas y sociales del mundo occidental durante el siglo XIX. Sobre todo, los historiadores de una nación blanca reunificada insistieron en que la esclavitud era una institución premoderna que no estaba comprometida con la búsqueda de beneficios. Esta perspectiva implica… que la esclavitud y los afroamericanos esclavizados tuvieron poca influencia a largo plazo en el auge de Estados Unidos durante el siglo XIX, un periodo en el que la nación pasó de ser un socio comercial europeo menor a convertirse en la mayor economía del mundo.

… lo peor de la esclavitud como experiencia, se dice, fue que negó a los afroamericanos esclavizados los derechos liberales y la subjetividad liberal de los ciudadanos modernos. Hizo esas cosas como algo natural, y como injusticia, esa negación se encuentra entre las más grandes de la historia moderna. Pero la esclavitud también mató a gente, en gran número. A los que sobrevivieron, se les robó todo. Sin embargo, la ingeniería masiva y cruel necesaria para arrancar a un millón de personas de sus hogares, conducirlas brutalmente a nuevos lugares plagados de enfermedades, y hacerlas vivir en el terror y el hambre mientras se construía y reconstruía continuamente un imperio generador de mercancías, se desvaneció en la historia de una esclavitud que supuestamente se centraba principalmente no en producir beneficios, sino en mantener su estatus de élite cuasi-feudal, o en producir ideas modernas sobre la raza para mantener la unidad blanca y el poder de la élite. Y una vez minimizada la violencia de la esclavitud, otra voz podía susurrar diciendo que a los afroamericanos, tanto antes como después de la emancipación, se les negaban los derechos de ciudadanos porque no luchaban por ellos.” (Salon; 7 de septiembre de 2014) (109)

En Counterpunch, en un artículo del 31 de diciembre de 2015, Ron Jacobs escribió una reseña del libro “La Costa Americana de los Esclavos”, de Ned y Constance Sublette, que dice:

“describe una nación fundada en el genocidio y mantenida por una economía basada casi por completo en el comercio de esclavos”. Escribió: “La historia de los Estados Unidos está empapada de sangre. Y lo que es más importante, ninguna otra nación ha basado su economía en la compra, venta y cría de seres humanos que los Estados Unidos. Las decisiones que se tomaron en este modo de funcionamiento estaban impregnadas de racismo y basadas en la codicia. Sin embargo, la característica que la define es la búsqueda del beneficio. La legislación más importante se analizaba a través del prisma de cómo afectaría al capital humano en manos de los esclavistas.

[El libro es] más que una discusión sobre la economía de la esclavitud en Norteamérica. Es también un catálogo de la brutalidad, la violación, el abuso sexual, el secuestro y una multitud de otros horrores asociados a la esclavitud. No había esclavistas humanos; el propio acto de poseer a otro ser humano es inhumano. La estructura de la esclavitud que se construyó en Estados Unidos -una estructura que criaba intencionadamente a seres humanos para venderlos por su trabajo en lo que esperaban que fuera una situación permanente- va más allá de cualquier definición de inhumano. Un hecho que este libro deja claro es que cualquiera que estuviera involucrado en los mercados financieros o en el comercio interestatal en los Estados Unidos estaba también involucrado en la industria de la propiedad, la cría y el comercio de esclavos. Prácticamente no había forma de evitar esa complicidad, dada la centralización del sistema de los esclavistas en la economía estadounidense. De hecho, al menos algunas de las fortunas actuales se hicieron con la compra y venta de seres humanos”. (110) (111)

Gracias a los medios de comunicación, a los llamados historiadores y a la connivencia voluntaria de los editores de libros de historia, la mayoría de los estadounidenses subestiman mucho la proporción de la población esclava en América. En todos los estados americanos, los esclavos constituían al menos el 25% de la población y en muchos estados superaban el 60%, el elevado número de esclavos blancos y nativos parece no haber sido contabilizado -o excluido conscientemente- en muchos estudios. Dado que las mujeres blancas rara vez se empleaban fuera del hogar y que todos los esclavos, incluidos los niños, realizaban trabajos forzados, habrían constituido el grueso de la población trabajadora en muchos estados. La carga de trabajo de 18 horas y el duro trato que recibían a menudo se traducía en una vida de sólo cinco o diez años, pero los esclavos, especialmente los blancos, podían ser sustituidos a bajo coste, y las niñas y mujeres esclavas eran regularmente preñadas a la fuerza a partir de los 10 o 12 años para producir al menos varios hijos cada una, que también se convertirían en esclavos, aumentando así la mano de obra sin coste adicional.

No fue sólo la esclavitud negra la que contribuyó a la formación de la riqueza americana; también hubo un importante comercio de esclavos blancos, principalmente irlandeses que fueron enviados a EE.UU., y de nativos americanos que fueron esclavizados por los colonos, así como enviados como esclavos a Europa. Además, hubo millones de chinos e indios que fueron secuestrados y vendidos como esclavos en todo EE.UU. y América Latina por los mismos traficantes de esclavos. La verdad es que casi inmediatamente después del descubrimiento del Nuevo Mundo, Colón y otros traficantes de esclavos judíos empezaron a capturar y enviar a un gran número de nativos a los mercados de esclavos europeos. Los libros de historia de Estados Unidos omiten esta información porque entra en conflicto con la versión Disney de una América parecida a Bambi, poblada por una vasta migración de pueblos oprimidos en busca de libertad y oportunidades. Los historiadores estadounidenses y el gobierno de Estados Unidos siguen negándose rotundamente a afrontar la dura verdad de los beneficios financieros de la esclavitud para la población de la élite blanca y para el desarrollo económico de la nación.

La maquinaria propagandística nos dice que Estados Unidos era una colonia fundada sobre los principios de la libertad religiosa y la tolerancia. Pero en la historia moderna de Estados Unidos, la esclavitud estaba muy claramente relacionada con la búsqueda de la supremacía económica, política y cultural de Estados Unidos. Incluso los primeros barcos que llegaron a América, ya en el siglo XVI, transportaban esclavos para el mercado local. Muchos historiadores estiman que al menos 20 millones de africanos fueron secuestrados y transportados a Estados Unidos para el mercado local y hemisférico de esclavos, y si tenemos en cuenta la cifra generalmente aceptada de que sólo un 10% de los negros secuestrados sobrevivieron para llegar a América, eso representa quizás 200 millones de muertos. Los valores morales que produjeron la trata de esclavos, la colonización y el imperialismo estaban tan arraigados en la psique judeocristiana que persistieron esencialmente sin cambios durante siglos y no han desaparecido en absoluto hasta nuestros días.

La esclavitud fue supuestamente abolida a finales de la década de 1860, pero continuó de otras formas, y durante otros 100 años hubo una enorme reacción contra los negros que se tradujo en terrorismo, ahorcamientos e innumerables leyes destinadas a impedir la competencia económica y política de los negros. La esclavitud estadounidense se basaba en un rígido sentido religioso de la jerarquía de las clases sociales; casi la mitad de las familias del sur de Estados Unidos poseían esclavos, y su posición económica, política y social dependía de la posesión de esclavos. La mayoría de ellos seguían rígidamente formas duras de judaísmo o de cristianismo evangélico, y justificaban su participación en la esclavitud con oscuras y falsas referencias a los relatos bíblicos, especialmente a las teorías judías y cristianas sobre la inferioridad básica de los negros, y con afirmaciones de que todas las grandes civilizaciones del pasado practicaban la esclavitud. Muchos también intentaron imponer a sus esclavos sus versiones deformadas de la religión como medio de control de la población.

Según un historiador, los negros eran “ahorcados, quemados, golpeados, torturados, asesinados, azotados, descuartizados por carniceros humanos que cortaban y destrozaban a los esclavos de forma espantosa en las ocasiones más insignificantes, y en conjunto los trataban en todos los sentidos como bestias”. Solían “introducir clavos en un barril para dejar la punta del clavo justo en el interior del barril. Luego metían a un esclavo en el barril, clavaban la tapa y lo hacían rodar por una colina muy larga y empinada”. Los dueños de los esclavos los azotaban hasta la muerte, hasta que no eran más que una masa de sangre y carne cruda, sin pensar más en ellos que en la muerte de un perro. Un autor citó el diario personal de un hombre llamado Thomas Thistlewood, que era capataz de una plantación en EE.UU., y que describe cómo golpeaban a sus esclavos y les introducían heces y orina en la boca. Un propietario de esclavos dijo a un visitante: “Algunos negros están decididos a no dejar que un hombre blanco los azote y se resistirán cuando lo intente; por supuesto, en ese caso hay que matarlos”. El abuso físico y sexual de los esclavos era ampliamente aceptado y se hacía abiertamente. Las esclavas eran violadas regularmente por sus amos y ofrecidas como regalo a los amigos que los visitaban. Fergus Bordewich, en un artículo del Wall Street Journal, escribió: “Aunque la gran mayoría del “stock humano” de la compañía acababa en los campos de algodón, muchas hembras, mulatas atractivas en particular, eran destinadas a la prostitución”. En una de las varias cartas que cita el Sr. Baptist, un socio mayoritario de la empresa, sugiere con toda naturalidad que dos mujeres que había comprado recientemente “podrían amortizarse pronto manteniendo un prostíbulo… para beneficio exclusivo de la empresa y de sus agentes aliados”.

Las historias de la inmensa y despiadada crueldad hecha por los blancos estadounidenses a sus esclavos negros, le harían encoger de horror ante el inhumano salvajismo de todo ello, pero los estadounidenses han sido tan eficazmente abrumados por el mito y la ideología como para insistir obstinadamente en que su país fue fundado en los valores cristianos, en la libertad y los derechos humanos. La congresista judía-estadounidense Michele Bachman hizo la increíblemente estúpida afirmación de que la esclavitud de los negros no era tan mala, porque daba a los niños la oportunidad de crecer en un “entorno familiar”, ignorando convenientemente los hechos de que (1) la separación familiar era intrínseca al proceso de esclavitud, y (2) a los esclavos no se les permitía casarse, por lo que la descendencia de las mujeres negras era generalmente el resultado de la violación por parte de los amos blancos. Eso no es exactamente un entorno familiar, Michelle, pero gracias por la contribución.

Los estadounidenses le dirán que la 13ª Enmienda de la Constitución de EE.UU. puso a la nación en un nuevo curso moralmente correcto al prohibir la esclavitud, pero esa afirmación es falsa. La esclavitud nunca fue abolida en los Estados Unidos. La 13ª Enmienda establece claramente que la esclavitud y la servidumbre involuntaria son permisibles “como castigo por delitos”, y eso lo dice todo. Después de esta enmienda, la esclavitud continuó en Estados Unidos como antes, pero con una estructura modificada. Antes de esto, los negros, los blancos y los indios nativos eran propiedad de sus amos; después de la enmienda, eran criminales libres que eran castigados por crímenes, la única diferencia útil era el cambio de nombre. Inmediatamente después de la concesión de su “libertad”, esas mismas personas eran acorraladas como criminales y colocadas en el nuevo sistema de arrendamiento de convictos de la nación, donde fueron tratadas tan mal como antes. Inmediatamente se aprobaron nuevas leyes que criminalizaban a los negros y a otros antiguos esclavos y permitían su reinserción en la esclavitud. Estos supuestos delitos estaban a menudo tan vagamente definidos como para ser universales, al igual que su aplicación caprichosa y arbitraria. El robo de un objeto de valor inferior a un dólar se traducía en una pena de prisión de cinco años. Para los negros y los antiguos esclavos, la vagancia era un delito, al igual que el “vagabundeo”. Mirar a una mujer blanca era un delito, poseer una insuficiente identificación o prueba de empleo suponía una pena de prisión, al igual que tener una deuda o “caminar como un negro”. Casi a diario se inventaban otros delitos para justificar el acorralamiento de los negros -y de muchos de los pobres- en lo que podía ser una vida de esclavitud. Las leyes permitían a la policía “acorralar a los negros ociosos en tiempos de escasez de mano de obra”, proporcionando a los empresarios las herramientas legales para impedir que estos trabajadores esclavos salieran del sistema.

 

La tercera parte de la sexta contendrá: Trabajo y robo de salarios

Crédito de la imagen: https://www.chinadaily.com.cn/a/202109/17/WS6143dbbda310e0e3a6822281.html

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Los escritos del Sr. Romanoff se han traducido a 32 idiomas y sus artículos se han publicado en más de 150 sitios web de noticias y política en más de 30 países, así como en más de 100 plataformas en inglés. Larry Romanoff es consultor de gestión y empresario jubilado. Ha ocupado cargos ejecutivos de alto nivel en empresas de consultoría internacionales y ha sido propietario de un negocio de importación y exportación internacional. Ha sido profesor visitante en la Universidad Fudan de Shanghai, presentando estudios de casos en asuntos internacionales a las clases superiores del EMBA. El Sr. Romanoff vive en Shanghai y actualmente está escribiendo una serie de diez libros relacionados generalmente con China y Occidente. Es uno de los autores que contribuyen a la nueva antología de Cynthia McKinney “When China Sneezes (Cuando China Estornuda — Cap. 2 — Tratar con Demonios)”.

Su archivo completo puede verse en 

https://www.moonofshanghai.com/

https://www.bluemoonofshanghai.com/

Puede ser contactado en: 2186604556@qq.com

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Notas:

(1) https://www.stetson.edu/artsci/political-science/media/clash.pdf

(2) https://msuweb.montclair.edu/~lebelp/1993SamuelPHuntingtonTheClashOfCivilizationsAndTheRemakingofWorldOrder.pdf

(3) https://medium.com/dan-sanchez/the-dulles-brothers-and-their-legacy-of-perpetual-war-94191c41a653

(4) https://medium.com/dan-sanchez/the-dulles-brothers-and-their-legacy-of-perpetual-war-94191c41a653

(5) https://ahrp.org/the-brothers-john-foster-dulles-allen-dulles/

(6) https://hbr.org/podcast/2019/07/the-controversial-history-of-united-fruit

(7) https://historyhustle.com/united-fruit-company/

(8) https://www.worldatlas.com/articles/what-is-the-significance-of-the-united-fruit-company.html

(9) https://allthatsinteresting.com/banana-wars

(10) https://en.wikipedia.org/wiki/1973_Chilean_coup_d%27%C3%A9tat

(11) https://en.wikipedia.org/wiki/ITT_Inc.

(12) https://en.wikipedia.org/wiki/Salvador_Allende

(13) https://21stcenturywire.com/2017/05/22/democracy-now-the-shattering-of-its-independent-facade-on-the-rocks-of-syrian-war-reality/

(14) http://www.historyisaweapon.com/defcon2/militarydictatorshipsintheamericas.html

(15) https://www.reddit.com/r/AskHistorians/comments/1m6xfg/how_deeply_was_the_us_involved_in_pinochets_coupe/

Iran Oil

(16) https://sevenpillarsinstitute.org/articles/nationalisation-anglo-iranian-oil-company-1951-britain-vs-iran-2/

(17) Britain and France controlled Iran oil

(18) https://archive.nytimes.com/www.nytimes.com/library/world/mideast/041600iran-cia-chapter1.html

(19) https://archive.globalpolicy.org/component/content/article/185-general/40479-great-power-conflict-over-iraqi-oil-the-world-war-i-era.html

(20) https://nationalinterest.org/blog/buzz/world-war-ii-fact-1941-russia-and-britain-invaded-iran-61467

Iran coup

(21) https://socialistworker.co.uk/art/50518/Iran+1953+Britains+role+in+coup+for+oil+and+profit

(22) http://libcom.org/history/iranian-coup-1953

(23) https://www.iranchamber.com/history/coup53/coup53p1.php

(24) https://www.newworldencyclopedia.org/entry/1953_Iranian_coup_d%27%C3%A9tat

(26) https://archive.nytimes.com/www.nytimes.com/library/world/mideast/041600iran-coup-timeline.html

(27) https://www.theguardian.com/world/iran-blog/gallery/2015/dec/16/unseen-images-of-the-1953-iran-coup-in-pictures

Zaire

(28) https://fpif.org/zairedemocratic_republic_of_the_congo/

(29) https://en.wikipedia.org/wiki/CIA_activities_in_the_Democratic_Republic_of_the_Congo

(30) http://www.huppi.com/kangaroo/CIAtimeline.html 

President Wilson

(31) https://socialistworker.org/2008/12/02/imperialism-the-highest-stage-of-capitalism

Philip Agee

(32) https://www.democraticunderground.com/discuss/duboard.php?az=view_all&address=389×5205337

(33) https://www.amazon.ca/Inside-Company-Diary-Philip-Agee/dp/0883730286

Kory

(34) https://en.wikipedia.org/wiki/Edward_M._Korry#:~:text=Korry%2C%20a%20native%20of%20New%20York%2C%20was%20U.S.,nut%20or%20bolt%20shall%20reach%20Chile%20under%20Allende.

Zinn

(35) https://www.countercurrents.org/zinn020408.htm

Bowman

(36) https://alternativesmagazine.com/28/bowman.html

(37) http://www.thirdworldtraveler.com/Sept_11_2001/Security_Charade.html

Edward S. Herman – the establishment can’t admit [that] it is human rights violations

(38) https://citatis.com/a36085/17e281/  

(39) http://www.thirdworldtraveler.com/Human_Rights/HRCharade_Herman.html

(40) https://citatis.com/a36085/37dd56/

(41) http://thirdworldtraveler.com/Insurgency_Revolution/Intervention_Revolution.html

Michael Parenti

(42) https://thirdworldtraveler.com/Militarization_America/Empire_MOW.html

Thomas Friedman

(43) https://www.nytimes.com/1999/03/28/magazine/a-manifesto-for-the-fast-world.html

William Greider

(44) https://citatis.com/a25918/266b63/

President of the American Chamber of Commerce in Guatemala – Why should we worry about the death squads?

(45) https://williamblum.org/chapters/killing-hope/guatemala

Fred Sherwood

(46) https://williamblum.org/chapters/killing-hope/guatemala

Willam Shirer

(47) https://citatis.com/a33134/37c5f1/

Steve Kangas

(48) http://www.iraqtimeline.com/kangas.html 

Mexico conference 1945 – eliminate “the scourge of economic nationalism”,

(49) https://www.encyclopedia.com/humanities/encyclopedias-almanacs-transcripts-and-maps/mexico-city-conference-1945

(50) http://www.thirdworldtraveler.com/History/Years_Hysteria_TGSNT.html

George Kennan

(51) https://www.counterpunch.org/2012/10/23/envy-and-resentment/

(52) https://legallegacy.wordpress.com/2017/02/24/february-24-1948-top-secret-memo-by-state-department-official-george-f-kennan-on-the-bane-of-altruism-as-a-u-s-policy/

President Obama

(53) http://www.carstenburmeister.com/blog-president-obama-on-the-seven-report.aspx 

Susan Reverby

(54) “Normal Exposure” and Inoculation Syphilis: A PHS “Tuskegee” Doctor in Guatemala, 1946-48

https://www.gvsu.edu/cms4/asset/F51281F0-00AF-E25A-5BF632E8D4A243C7/reverby_normal_exposure_and_inoculation.syphilis.guatemala_2011.pdf

Smedley Butler

(55) https://www.ratical.org/ratville/CAH/warisaracket.html

(56) ibid

General David Shoup

(57) https://en.wikipedia.org/wiki/David_M._Shoup

Hawaii

(58) https://www.grunge.com/301935/how-the-united-states-stole-hawaii/

(59) https://www.youtube.com/watch?v=XK2MBnw6RlY

(60) https://www.nlm.nih.gov/nativevoices/timeline/578.html

Japan

(61) https://history.state.gov/milestones/1830-1860/opening-to-japan#:~:text=The%20United%20States%20and%20the%20Opening%20to%20Japan%2C,and%20discourse%20between%20Japan%20and%20the%20western%20world.

Clinton – “uninhibited access to key markets, energy supplies, and strategic resources”

(62) https://www.guernicamag.com/noam-chomsky-the-paranoia-of-the-superrich-and-superpowerful/

(63) https://www.huffpost.com/entry/american-power_b_2615453

(64) https://www.theguardian.com/commentisfree/2013/feb/04/us-control-diminishing-own-world

Panama

(65) https://www.dissentmagazine.org/article/and-just-why-did-we-invade-panama

(66) https://quizlet.com/402921528/american-foreign-policy-flash-cards/

(67) http://www.fsmitha.com/h2/ch22b3.htm#:~:text=The%20US%20froze%20all%20Japanese%20assets%20in%20the,Japan.%20Britain%20and%20the%20Dutch%20declared%20similar%20embargoes.

(68) http://pangaea.org/street_children/latin/soa.htm

(69) https://ips-dc.org/us_military_bases_in_latin_america_and_the_caribbean/

Panama CIA drugs

(70) https://en.wikipedia.org/wiki/CIA_involvement_in_Contra_cocaine_trafficking

(71) http://www.darkpolitricks.com/p/cia-involvement-in-drug-smuggling-part-3.html

(72) https://politicalvelcraft.org/2018/03/12/cia-is-worlds-biggest-drug-trafficking-organization-expert-warns/

Haiti

(73) https://www.dailyhistory.org/Why_did_the_United_States_invade_and_occupy_Haiti_from_1915-34

(74) https://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/sociopol_fulford23.htm

(75) https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_occupation_of_Haiti

Guatemala

(76) https://text-message.blogs.archives.gov/2012/02/13/the-cia-in-guatemala/

Libya

(77) https://www.federaljack.com/wow-that-was-fast-libyan-rebels-have-already-established-a-new-central-bank-of-libya/

(78) http://empirestrikesblack.com/2011/03/wow-that-was-fast-libyan-rebels-have-already-established-a-new-central-bank-of-libya/

Caribbean

(79) https://www.panoramas.pitt.edu/news-and-politics/all-eyes-slavery-reparations-case-caribbean-nations

(80) https://www.huffpost.com/entry/14-caribbean-nations-sue-_n_4018906

(81) https://popularresistance.org/caribbean-nations-sue-europe-over-slavery/

Edward Baptist

(82) https://www.amazon.ca/Half-Has-Never-Been-Told/dp/046500296X

(83) http://www.douglasdecelle.net/the-half-has-never-been-told-summary-and-notes/

(84) https://www.nytimes.com/2014/10/05/books/review/the-half-has-never-been-told-by-edward-e-baptist.html

(84a) http://edition.cnn.com/2014/09/07/opinion/baptist-slavery-book-panned-economist-review/

Barings Bank

(85) https://www.company-histories.com/Barings-PLC-Company-History.html

Jewish Expulsions

(86) https://fathersmanifesto.net/wm/wm0051a.html

(87) https://www.henrymakow.com/2018/10/the-reasons-for-anti-semitism.html

Rothschild BEIC

(88) https://www.realhistorychan.com/the-sassoons-the-rothschilds-of-the-east.html#:~:text=The%20privately%20owned%20British%20East%20India%20Company%2C%20%28cough,had%20enjoyed%20while%20creating%20millions%20of%20opium%20addicts

(89) https://conspiracy.fandom.com/wiki/Colonization_of_India

(90) https://knowthestraightpath.wordpress.com/2012/01/08/british-east-india-companys-colonization-of-india/

(91) https://www.quora.com/Did-the-Rothschilds-invest-in-the-British-East-India-company

(92) https://defence.pk/pdf/threads/the-rothschild-colonization-of-india.598421/

(93) https://divineabodenews.wordpress.com/2014/01/19/who-owned-east-india-company/

(94) https://rense.com/general78/imper.htm

Jewish Opium

(95) https://www.islam-radio.net/islam/english/jewishp/china/jew-opium-monopoly.htm

(96) https://covenersleague.com/culture-heritage/item/1446-jews-and-opium-war-in-china

(97) https://ronaldwederfoort.wordpress.com/2018/06/10/the-rothschilds-bosses-documentary-the-jewish-monopoly-on-opium/

Jewish Slave Trading

(98) The historical record of the Opium Jews engaging in massive slave-trading in oth India and China, has been severely cleansed, with few traces remaining. The only full historical records exist partially in India and mostly in China – where these truths are well-known, but the references are all in Chinese only. Millions of Chinese were abducted and sold to build the North American railways, the Panama Canal and Panama Railway, the guano mines in Peru, and so much more.

(99) https://exposeintelligence.blogspot.com/2016/03/the-slave-trade-quotes-from-jewish.html

(100) https://davidduke.com/how-long-will-the-jewish-role-in-slavery-be-hidden/

(101) https://fgcp.org/content/slave-traders

(102) http://www.covenersleague.com/fighting-against-globalist/item/802-rothschild-connection-to-black-slavery

(103) https://www.theatlantic.com/magazine/archive/1995/09/slavery-and-the-jews/376462/

Mayer Lehman

(104) https://aaregistry.org/story/mayer-lehman-slave-owner-and-businessman-born/

(105) https://ibw21.org/reparations/the-lehman-trilogy-and-wall-streets-debt-to-slavery/

(106) https://groups.google.com/g/alt.obituaries/c/SaufEb-Pzkw

(107) https://www.haaretz.com/jewish/.premium-this-day-birth-of-a-lehman-brother-1.5306818

Kimberly Palmer

(108) https://www.washingtontimes.com/news/2006/sep/23/20060923-084010-6735r/

Edward Baptist article in Salon, “We still lie about slavery”

(109) https://www.salon.com/2014/09/07/we_still_lie_about_slavery_heres_the_truth_about_how_the_american_economy_and_power_were_built_on_forced_migration_and_torture/

Ron Jacobs, Counterpunch, December 31, 2015, The American Slave Coast

(110) https://www.counterpunch.org/2015/04/10/the-black-struggle-against-slavery/

(111) https://www.counterpunch.org/author/ron-jacobs/page/2/

Copyright © Larry RomanoffMoon of Shanghai, Blue Moon of Shanghai, 2021