Movamos los Postes de la Portería.
La Confrontación entre Estados Unidos y China
Por Larry Romanoff, 6 de Febrero, 2020
Traducción: PEC
CHINESE ENGLISH NEDERLANDS PORTUGUESE SPANISH
La idea de “mover los postes” es una estrategia peculiarmente americana para garantizar que Estados Unidos siempre gane. Para conseguirlo, o se mueven los postes de la portería a una posición de introducir el balón, independientemente de la mala puntería, o se los aparta de la trayectoria del chute bien colocado del adversario para que no marque. Este movimiento suele ir acompañado de cambios repentinos en las reglas o en el método de llevar la puntuación, todo ello diseñado para “nivelar el campo de juego” y asegurar que Estados Unidos gane.
En 2012, China presentó más patentes en todo el mundo que Estados Unidos, pero lamentablemente las patentes chinas eran malas mientras que las americanas eran buenas, porque las patentes americanas están hechas para la libertad y la democracia, mientras que las chinas son sólo para el dinero. Los americanos admitieron que China había superado a EE.UU. en solicitudes de patentes, pero luego añadieron que “sin embargo, la calidad de las patentes de China es a menudo discutida”, la acusación sirvió una vez más como prueba. La “calidad” se define en parte como las nuevas invenciones en contraposición a los perfeccionamientos, y por curiosas métricas como la “influencia”, el “alcance global” y el número de veces que se cita una patente en una publicación. Así que los americanos se apresuran a citar las patentes de los demás en todas las publicaciones americanas, lo que mágicamente aumenta en gran medida su creatividad e innovación, y Estados Unidos sigue ganando. No parece haber casi ninguna reivindicación demasiado vacía como para que los americanos no la planteen.
Durante años, Estados Unidos denigró a China por tener pocos superordenadores en la lista de los 500 mejores. Entonces, los ingenieros chinos construyeron muchos ordenadores más rápidos, y de repente tuvieron más en la lista de los 500 mejores que los americanos. Así que Estados Unidos cambió las reglas del juego y los americanos siguieron ganando, porque ninguna de las máquinas chinas era tan rápida como las mejores construidas en Estados Unidos. De repente, un día, China presentó un nuevo superordenador que era el doble de rápido que el mejor de Estados Unidos, así que los postes se movieron y se denigró a China por el uso de microprocesadores extranjeros (es decir, americanos), por lo que su logro no contaba. Aceptando el reto, los ingenieros chinos produjeron entonces un nuevo superordenador que utilizaba una CPU diseñada y construida en China, así como software exclusivamente chino, y que era cinco veces más rápido que el mejor que podía hacer Estados Unidos. Así que los americanos volvieron a desplazar la meta con la recién alcanzada “supremacía cuántica” de Google, que puede hacer en un segundo lo que los mejores superordenadores requerirían 10.000 años.
Newsweek dijo que esto era “ampliamente considerado como un hito significativo en el desarrollo de los ordenadores cuánticos” (aunque no lo era). (1) Newsweek llegó incluso a afirmar sin aliento que (la demostración de Google) “recuerda en muchos aspectos a los primeros vuelos de los hermanos Wright”, que en realidad no fueron los primeros vuelos y no demostraron nada en particular. Muchos críticos, entre ellos IBM, afirmaron que la afirmación de Google era esencialmente fraudulenta y engañosa, y promulgada por Google como agente para evitar la vergüenza de los verdaderos científicos. (2) Pero ahora Estados Unidos se mantendrá permanentemente al frente, porque ninguna otra nación está dispuesta a hacer el ridículo con una afirmación tan fatua.
Todos hemos leído la avalancha de tonterías en los medios de comunicación americanos que intentan descartar y denigrar el éxito de China en las recientes pruebas PISA. Mientras que los estudiantes americanos se coagularon cerca de la parte inferior en todas las pruebas, los alumnos de Shanghai ocuparon el primer lugar en todas las áreas, con una puntuación media en matemáticas de 613, en comparación con los sólo 481 de Estados Unidos. Esto situó a Shanghai en el equivalente a casi tres años de escolarización por delante de la media americana y de la OCDE. Nada más conocerse los resultados, el Wall Street Journal nos dijo que PISA “no evalúa el espíritu empresarial y la innovación, dos cualidades que son extremadamente importantes para el bienestar económico de un país”. No sólo eso, el WSJ afirmaba que había una correlación negativa entre las altas puntuaciones de PISA y la confianza en sí mismos de los estudiantes. Y, por supuesto, los estudiantes americanos tienen mucha más “confianza en sí mismos” que sus homólogos chinos, lo que hace que uno se pregunte precisamente en qué están tan seguros de sí mismos. Desde luego, no puede ser por su nivel de conocimientos.
Otro bonito movimiento de la portería sobre los resultados de PISA en Shanghai fue inventado por Keith Baker, del Departamento de Educación de Estados Unidos, y del que se hizo eco con entusiasmo Diane Ravitch, una profesora de derechas de la Universidad de Nueva York, afirmando que, aunque los niños de Shanghai obtuvieron buenos resultados en las pruebas de PISA, Baker no encontró “ninguna relación” entre los resultados de las pruebas académicas de Shanghai y su productividad económica, su “calidad de vida” o, lo que es más importante, sus “instituciones democráticas”. Así pues, Estados Unidos sigue ganando.
En esta misma línea, ¿sabías que los americanos son los más altamente educados del mundo? Oh, espera, no lo son. Oh, espera, sí lo son. Hubo un tiempo en el que la mitología americana nos decía que Estados Unidos podía presumir de tener el mayor porcentaje de graduados de secundaria que asistían a la universidad y también el mayor porcentaje de graduados universitarios de la población. No sé si esa afirmación fue cierta alguna vez, pero la destrucción gradual del sistema educativo americano demostró que era falsa, tras lo cual los americanos simplemente movieron los postes de la portería y cambiaron el sistema de puntuación. En prácticamente todos los países, un estudiante debe completar un programa de cuatro años en una universidad reconocida para ser considerado un graduado universitario, una métrica seguida por los americanos hasta que esta medida situó a Estados Unidos demasiado abajo en la lista.
Hoy en día, la definición americana de graduado universitario incluye a todos aquellos que nunca han asistido a una universidad, pero que se han matriculado en colegios comunitarios con títulos de reputación muy variada y que han conseguido, algunos después de una década o más, completar un año de estudios y obtener un “Associate Degree”, que no es realmente un título de Grado, sino un diploma que se aplica a cualquier cosa, desde peluquería y mecánica de automóviles hasta el estudio de los ovnis. Las instituciones y los medios de comunicación americanos se arrogan ahora la alta moral de proclamar solemnemente a todas estas personas como “graduados universitarios”, duplicando así la población de graduados y volviendo a situar a Estados Unidos en los primeros puestos de la lista. Y así es como nos sentimos bien por ser americanos.
Los americanos hicieron lo mismo cuando se enfrentaron al inminente fracaso de su ambición de entrar en el mundo de la alta velocidad ferroviaria, habiendo reducido la definición de “trenes de alta velocidad” de 400 Kph a 250 y luego a 150, antes de abandonar su búsqueda por completo, mientras conservaban firmemente su superioridad moral al saber que seguían ganando porque tenían democracia y libertad de religión. Eso sí que es mover la portería y cambiar el sistema de puntuación. No conozco al autor de este breve pasaje, pero quiero compartir la cita con ustedes porque captó perfectamente el espíritu americano.
“A finales de 2013, California aún esperaba construir la primera línea ferroviaria de alta velocidad del país, una vía de 830 Kms desde Los Ángeles a San Francisco, cuya finalización estaba prevista para 2029 (más de 16 años) y que costaría unos 70.000 millones de dólares sin incluir los inevitables sobrecostes. En cambio, China construyó su línea de alta velocidad Shanghai-Pekín, de 1.320 km, en sólo tres años y con un coste de 200.000 millones de yuanes, unos 32.000 millones de dólares. Por tanto, el tren de alta velocidad americano -si es que se construye- será un 60% más lento que el chino, tardará cinco veces más en construirse y costará casi cuatro veces más para una distancia equivalente. Por supuesto, (tendría que ser (N.T.)) en sólo 18 meses y con un coste de sólo 20.000 millones de dólares, pero eso significaría admitir la superioridad china, y eso significa que Estados Unidos nunca tendrá tren de alta velocidad”.
*
Los escritos del Sr. Romanoff se han traducido a 30 idiomas y sus artículos se han publicado en más de 150 sitios web de noticias y política en idiomas extranjeros en más de 30 países, así como en más de 100 plataformas en inglés. Larry Romanoff es consultor de gestión y empresario jubilado. Ha ocupado altos cargos ejecutivos en empresas de consultoría internacional y ha sido propietario de un negocio internacional de importación y exportación. Ha sido profesor visitante en la Universidad Fudan de Shanghai, presentando casos prácticos de asuntos internacionales a las clases del último año del EMBA. El Sr. Romanoff vive en Shanghai y actualmente está escribiendo una serie de diez libros relacionados generalmente con China y Occidente. Es uno de los autores que contribuyen a la nueva antología de Cynthia McKinney “When China Sneezes” (Cuando China estornuda), Cap. 2 “Tratar con Demonios“.
Puede verse su archivo completo en
https://www.moonofshanghai.com/ and
https://www.bluemoonofshanghai.com/
Puede contactarse con él en: 2186604556@qq.com
Notas
(1) China se adelanta en la lista de los 500 mejores superordenadores, poniendo fin a la supremacía de EE.UU.; https://www.top500.org/news/china-races-ahead-in-top500-supercomputer-list-ending-us-supremacy/
(2) “Supremacía Cuántica”: Los científicos de Google afirman que el sistema puede completar en 200 segundos una tarea que a un superordenador normal le llevaría 10.000 años; https://www.newsweek.com/quantum-computing-google-scientists-breakthrough-supercomputer-1467256
https://es.wikipedia.org/wiki/Informe_PISA SP
Copyright © Larry Romanoff, Moon of Shanghai, Blue Moon of Shanghai, 2021